El riesgo de conflictos entre naciones y dentro de ellas aumentará en los próximos cinco años hasta niveles no vistos desde la Guerra Fría, a medida que se desacelera el crecimiento global, se erosiona el orden posterior a la Segunda Guerra Mundial y la antiglobalización aviva el nacionalismo, señaló el lunes un reporte de inteligencia de Estados Unidos, informó la Agencia Reuters.
“Estas tendencias convergerán a un ritmo sin precedentes, complicando el gobierno y la cooperación y cambiando la naturaleza del poder, alterando sobre todo el panorama global”, indicó ‘Tendencias globales: paradojas del progreso’, el sexto de una serie estudios cuatrienales elaborados por el Consejo de Inteligencia Nacional de Estados Unidos.
Los hallazgos, publicados menos de dos semanas antes de que el presidente electo, Donald Trump, llegue a la Casa Blanca el 20 de enero, destacó los factores que están modelando un “futuro cercano oscuro y difícil”, incluyendo a una Rusia y China más autoritarias, conflictos regionales, terrorismo, aumento de la desigualdad en los ingresos, cambio climático y un flojo crecimiento económico.
Estos reportes evitan de forma deliberada analizar políticas y decisiones de Estados Unidos, pero el último estudio subrayó las complejas dificultades que deberá enfrentar Trump para cumplir su deseo de mejorar las relaciones con Rusia, nivelar el campo de juego económico con China, traer de vuelta empleos a Estados Unidos y derrotar al terrorismo.
El documento señala que la amenaza del terrorismo crecerá en las próximas décadas, mientras pequeños grupos e individuos obtienen “nuevas tecnologías, ideas y relaciones”.
La incertidumbre sobre Estados Unidos, junto a un “Occidente que mira hacia dentro” y el debilitamiento de los derechos humanos internacionales y los estándares de prevención de conflictos, animarán a China y Rusia a poner a prueba la influencia estadunidense, agregó.
Estos retos “estarán bajo el umbral de la guerra caliente, pero generarán riesgos profundos de errores de cálculo”, indicó el texto.
“El exceso de confianza en que la fortaleza material pueda manejar la escalada aumentará los riesgos de llevar el conflicto hasta niveles no vistos desde la Guerra Fría”.
Si bien la “guerra caliente” puede ser evitada, las diferencias de valores e intereses entre los estados y las pugnas por los dominios regionales “están llevando a un mundo de esferas de influencia”, señaló el reporte.
No obstante, agregó que la situación ofrece también oportunidades para que gobiernos, sociedades, grupos e individuos tomen decisiones que puedan generar “futuros más esperanzadores y seguros”.