Un sólo tuit es capaz de agitar a toda una nación. A una semana de que Donald Trump sea el Presidente de Estados Unidos salió a la luz Trigger, una aplicación que avisa a los inversionistas cada que el magnate escribe en su cuenta del pájaro azul y cómo eso afecta sus ganancias. En México, el peso depreciado frente al dólar es el que refleja a todos los ciudadanos la alteración de los operadores cambiarios por cada uno de sus mensajes antimexicanos en 140 caracteres o menos.
Cada que el huracán publica sobre el país, sus fuertes vientos sacuden al debilitado árbol mexicano cuyas ramas cargan un crecimiento en desaceleración (1.60 por ciento en 2017); un rápido aumento de la deuda (48.9 por ciento del PIB); una caída pronunciada de ingresos petroleros, y a más de la mitad de los trabajadores en la informalidad. Si el tronco estuviera con finanzas públicas sanas y sin corrupción, los inversionistas desconfiarían menos y el efecto no sería de tal grado, dijeron economistas.
“La sensibilidad que notamos en la moneda mexicana es exactamente porque nos agarran en un momento de mayor percepción de debilidad. El inversionista extranjero nota que México puede ser el más perjudicado por las posturas de Trump y nota al gobierno un poco más amarrado de las manos o con menos herramientas para hacerle frente; nota sus finanzas públicas, sus políticas y la confianza de la población”, aseguró en entrevista Jorge Arias Gordillo, analista de CI Banco.
El economista Ángel Olvera, del Tecnológico de Monterrey, expuso que los inversionistas no sienten que su dinero vaya a estar seguro en un país con un crecimiento que “se ha deteriorado”. Además, dijo, “hay un problema de corrupción muy grande en México [que] no genera mucha estabilidad”. Lo anterior se suma a las protestas de la sociedad, no sólo por el gasolinazo, “sino por todo lo acumulado a lo largo de la historia” del país, así como a la “forma tardía” de reaccionar del Presidente.
Trump tuitea porque no confía en la prensa. Lo dijo en un tuit publicado el 5 de diciembre: “Si la prensa me cubriera con exactitud y honorabilidad, tendría mucho menos razón para ‘tuitear’. Lamentablemente, ¡no sé si eso va a suceder alguna vez!”. Ayer miércoles, en la ronda de preguntas tras su primera conferencia como Presidente electo, no le dio la palabra a un periodista de la cadena CNN por, según acusó, dar notas falsas. Un mes antes había agradecido a la revista Times y al Financial Times por haberlo nombrado la persona del año.
Su futuro jefe de comunicaciones y prensa en la Casa Blanca, Sean Spicer, adelantó que el empresario neoyorquino se apoyará más en las redes sociales que en la prensa tradicional. “Sabe exactamente adónde quiere llegar en un tema particular. Entiende el valor estratégico de ciertas acciones para lograr un objetivo. El hecho es que cuando tuitea, consigue resultados”, dijo Spicer.
El diario The Hill consultó analistas que aseguraron que los tuits de Trump que amenazan los aranceles contra los productos fabricados en México “han puesto en riesgo la inversión extranjera en el país, clave para una economía basada en el comercio internacional”.
De acuerdo con Bloomberg, entre los operadores del tipo de cambio circula la broma de que el Banco de México (Banxico), en vez de seguir subastando dólares y bajando el nivel de reservas internacionales, debería mejor comprar Twitter –con un valor de 12 mil millones de dólares– y… cerrarlo.
La semana pasada el banco central vendió 2 mil millones de dólares para intentar enfrentar la presión contra el peso. Las reservas quedaron en un saldo de 174 mil 726 millones de dólares, pero el billete verde siguió subiendo. Durante la conferencia de prensa del magnate inmobiliario del miércoles, la moneda mexicana rompió el máximo histórico de 22.36 por uno.
Antonio Torres, especialista en marketing digital, afirmó en entrevista con SinEmbargo, que Trump y su equipo de asesores políticos saben que Twitter, bien usado con base en métricas y palabras indicadas, sirve como “una arma letal” para generar polémica y es una estrategia para alargar temas o desviarlos.
No obstante, consideró, “no es un medio para gobernar” porque no todos tienen acceso a la plataforma.
Aunque el mismo Barack Obama, aún Presidente de Estados Unidos, lo comenzó a hacer y de esa forma ganó en su primer elección, “llegó un momento en que ya no tenía ese alcance por lo que su equipo salió a hablar en otros medios”.
“Gobernar a través de Twitter es complicado y no se tiene el mismo alcance que se llega a nivel público en los medios tradicionales como la radio, tele y prensa”, expuso Torres.
La presentadora de televisión Stacy Herbert, en su programa especializado en finanzas, aseguró que “estamos viviendo un momento único en la historia de Estados Unidos y del mundo: nunca antes habíamos visto a un Presidente electo que escribiera tuits dirigidos a empresas concretas”.
Barack Obama fue el primer candidato y Presidente que usó y aprovechó las redes sociales. Hoy tiene más de 80 millones de seguidores. Pero “su huella palidece al lado de la que ha dejado ya @realDonaldTrump, el primer presidente de Twitter”, destacó la periodista Idoya Noain.
“Trump ya comprendió el poder de Twitter como una herramienta de autopromoción, una de las actividades favoritas de un empresario inmobiliario que ha hecho buena parte de su negocio vendiendo su nombre y que acumula también 14 años de experiencia en la televisión realidad”, escribió.
TUIT CONTRA DEBILIDAD DE MÉXICO
El analista económico Jorge Arias destacó que Donald Trump se ha dado cuenta de que las redes sociales no sólo tienen un impacto en el estado de ánimo de las personas, también en el de los inversionistas y “lo está aprovechando a su favor”. El republicano, dijo, está tratando de influir en las posturas de las empresas para tener ventaja en cualquier negociación “y lo está consiguiendo”.
Donald Trump tiene más de 19 millones 644 mil seguidores en Twitter y sólo sigue a 42 cuentas. Ha tuiteado, antes de la campaña y hasta hoy, más de 34 mil veces. Desde ahí ha tumbado el peso a mínimos históricos y conforme se acerque el 20 de enero la presión seguirá.
El Secretario de Hacienda, José Antonio Meade, aseguró el jueves que México tiene tres instrumentos para enfrentar los desafíos que implica la nueva relación entre México y Estados Unidos: la política fiscal, la monetaria y las reformas estructurales.
Sin embargo, si México tuviera una estructura más fuerte, el impacto sería menor, dijeron economistas.
El analista económico Alejandro Villagómez dijo, en entrevista con este medio digital, que los mercados financieros sobrerreacionan. Cuando los inversionistas ven una noticia, “toman decisiones en ‘efecto manada’ y hasta después de un tiempo que digirieron la información se ajustan a algo más razonable”.
En efecto, Jorge Arias de CI Banco aseguró que cuando un evento es externo tiene un impacto temporal o en el mediano plazo. Pero, añadió, “cuando los fundamentos están débiles, los golpes externos lo deterioran más y se vuelve más profundo el efecto sobre las variables como el tipo de cambio y la inflación”.
El politólogo José Woldenberg enunció en su columna de Reforma que “además de la corrupción, la violencia expansiva inyecta zozobra; la falta de crecimiento económico nubla las expectativas de las nuevas generaciones; las abismales desigualdades construyen relaciones sociales cargadas de resquemor mutuo, y el déficit en el Estado de derecho induce a la explotación de la ‘ley del más fuerte’”.
En agosto, el entonces candidato republicano avisó durante la noche que el Presidente Enrique Peña Nieto lo había invitado a México para dialogar. Además de desatar una ola de críticas de ciudadanos y políticos en este lado de la frontera, el dólar subió al siguiente día hasta 19.15 pesos.
Luego llegó el 8 de noviembre, día de las elecciones en Estados Unidos. Cuando los resultados comenzaron a favorecer al republicano, además del desplome de las bolsas de todo el mundo, el peso en el mercado de futuros –era de noche– cayó a su mínimo histórico.
“El peso ha caído debajo de los 20 frente al dólar por primera vez (20.29)”, sentenció el diario Financial Times alrededor de las nueve de esa noche.
Antes de llegar al 2017, el dólar ya estaba en la barrera de los 21.
Rexnord of Indiana is moving to Mexico and rather viciously firing all of its 300 workers. This is happening all over our country. No more!
El 3 de diciembre criticó que la empresa Rexnord, de Indiana, se trasladó a México despidiendo a 300 trabajadores. “Esto está pasando en todo nuestro país. ¡No más!”. Después, hasta el 20 de diciembre, confirmó que se reunió con Carlos Slim, el hombre más rico de México, luego de haber tenido roces mutuos durante la campaña.
Yes, it is true – Carlos Slim, the great businessman from Mexico, called me about getting together for a meeting. We met, HE IS A GREAT GUY!
Desde el 3 de enero del 2017 Donald Trump reiteró durante tres días seguidos su plan de hacer regresar a la industria automotriz, cuyas inversiones y plantas dan miles de empleos y producción en México. Primero se fue contra GM, luego con Ford y, al tercer día, con una empresa con capital japonés.
“General Motors está enviando el modelo mexicano de Chevy Cruze a los concesionarios de automóviles de Estados Unidos, sin impuestos, a través de la frontera. ¡Produce en Estados Unidos o paga el alto impuesto de la frontera!”, escribió.
Al siguiente día, agradeció a Ford por desechar una nueva planta en México y crear 700 nuevos empleos en Estados Unidos. “Esto solo es el principio, mucho más por seguir”, comentó.
La marcha atrás de Ford en sus planes de invertir mil 600 millones de dólares en una planta de San Luis Potosí, presionada por las amenazas de Donald Trump, desembocó en un dólar hasta en 21.43 pesos a la venta, 25 centavos más que la sesión previa.
“Los inversionistas sienten inseguridad por lo que incitan los tuits. El que más nos ha afectado es el de Ford porque cuando sacó su inversión, Trump lo agradeció. Afectan las acciones previas, como las amenazas a otras empresas y los inversionistas empiezan a mover su dinero”, afirmó el economista e investigador Ángel Olvera.
El cinco de enero escribió que Toyota anunció una nueva planta en Baja California para producir una marca para Estados Unidos. “De ninguna manera. Construyan plantas en Estados Unidos o paguen grandes impuestos fronterizos”, dijo.
Un día después volvió a mencionar el otro gran tema: el muro fronterizo. México lo pagará, pero para agilizar el proceso, primero lo harán ellos, limitó a escribir.
Finalmente, el lunes 9 de enero agradeció a Fiat Chrysler y a Ford por expandirse y construir plantas en Estados Unidos y no en México.
A diferencia del mundo virtual, en la conferencia de prensa “no le fue muy bien y el tipo de cambio se recuperó momentáneamente”, pero “cuando se comienza a materializar lo dicho, hay mayor incertidumbre”, concluyó Olvera.
Sin Embargo