El papa Francisco advirtió del peligro de recurrir a un salvador en tiempos de crisis, pero se negó a emitir un juicio sobre la investidura de Donald Trump como Presidente de Estados Unidos en una entrevista publicada ayer en el diario español El País.
“Asustarme o alegrarme por lo que pueda suceder en eso, creo que podemos caer en una gran imprudencia’’, dijo el pontífice de 80 años cuando el periódico le preguntó por el nuevo mandatario estadunidense.
Además pidió prudencia en relación con Trump, y aseguró “veremos lo que hace y ahí se evalúa”.
El rotativo entrevistó al pontífice argentino el viernes en el Vaticano, a la misma hora en que Trump juraba su cargo como Presidente.
Sobre la emergencia de movimientos populistas en Europa y el caso específico de Trump, Francisco respondió con una reflexión sobre las causas del ascenso del nazismo en Alemania, en la que recordó que “Hitler no robó el poder, fue votado por su pueblo, y después destruyó a su pueblo”.
Justo a continuación, añadió que “ése es el peligro. En momentos de crisis, no funciona el discernimiento y para mí es una referencia continua. Busquemos un salvador que nos devuelva la identidad y defendámonos con muros, con alambres, con lo que sea, de los otros pueblos que nos puedan quitar la identidad”.
“Esto es muy grave”, recalcó.
En la entrevista Jorge Mario Bergoglio se muestra consternado por el drama de los refugiados o la prostitución en manos de las mafias.
“Que el Mediterráneo se haya convertido en un cementerio nos tiene que hacer pensar”, señaló.
Sobre la inmigración afirma que es necesario empezar un proceso de integración: “cuando no hay integración se crean guetos, y no le echo la culpa a nadie, pero de hecho hay guetos”.
Sobre Latinoamérica el Papa dijo que la región “sufre un fuerte embate de liberalismo económico” que “mata de hambre, mata de falta de cultura” y se muestra preocupado por el problema de la migración hacia Estados Unidos y de los cárteles de la droga entre otros.
El pontífice que hace cuatro años se convirtió en el primer Papa oriundo del continente americano tras la renuncia de Benedicto XVI se refierió a las injusticias que se cometen en el mundo contra la mujer o a cómo la jerarquía eclesiástica se alejó de los problemas de la gente, a lo que Francisco llama “una Iglesia anestesiada por la mundanidad’’.
Fuente: Excélsior