Hallan barco de la antigua Roma de hace casi 2 mil años

Un equipo de arqueólogos ha descubierto un barco de la antigua Roma que naufragó frente a las costas de la isla de Cabrera, en Baleares, hace unos 1.800 años. El pecio se encuentra a 70 metros de profundidad y fue explorado y fotografiado en detalle por dos buzos profesionales en octubre de 2016. Los responsables del hallazgo creen que muchas de las ánforas que portaba el navío están aún en su posición original y que el yacimiento ha permanecido a salvo de los expoliadores todo este tiempo. El barco está enterrado bajo las ánforas.

Según sus descubridores, que han presentado hoy el hallazgo en Palma de Mallorca, se trata del pecio mejor conservado del archipiélago balear y uno de los pocos que existen intactos en todo el Mediterráneo Occidental. “Que nosotros sepamos, es la primera vez que se encuentra un pecio en aguas españolas completamente inalterado desde su hundimiento”, resalta Javier Rodríguez, uno de los arqueólogos subacuáticos que ha participado en la exploración y documentación de los restos. La dificultad de acceso y el hecho de que estas aguas son parte de un Parque Nacional han sido claves para preservarlo.

Es una “joya arqueológica”, dicen sus descubridores

Los pescadores en busca de nuevos bancos de peces fueron los primeros en intuir la existencia de un antiguo naufragio al sacar fragmentos de ánforas prendidos en sus redes cerca de Cabrera, al sur de la isla de Mallorca. Siguiendo sus indicaciones, los responsables de una expedición científica estudiaron el fondo con un robot de exploración submarina en abril del año pasado. A bordo de su barco, en la pantalla, aparecieron las primeras imágenes del enorme montón de ánforas de varios tamaños tendidas a lo largo de 15 metros de arena.

En octubre, por encargo del Servicio de Arqueología del Consell de Mallorca, dos buzos profesionales comandados por tres arqueólogos del Instituto Balear de Estudios en Arqueología Marina (IBEAM), realizaron tres inmersiones durante dos días para documentar el pecio. La expedición supuso un reto físico y técnico debido a la profundidad a la que se encuentran los restos. Unas 2.000 imágenes subacuáticas han servido para componer un plano a tamaño real del pecio, lo que ahora permitirá estudiarlo en detalle y publicar el hallazgo en una revista científica en unos meses, según Rodríguez.

Salsa de pescado

Los arqueólogos creen que la nave data del siglo III o IV. Contiene entre 1.000 y 2.000 vasijas de barro que pueden aclarar el origen del navío. La mayoría son grandes ánforas de un metro de largo que se fabricaban en el norte de África. El resto son recipientes de menor tamaño probablemente procedentes del sur de Portugal. Los arqueólogos creen que la embarcación debía tener unos 20 metros de eslora y que era un barco mercante que transportaba garo, una salsa hecha con tripas y otros desechos de pescado salados y secados al sol. “En la antigüedad era considerado un manjar y se convirtió en un producto muy demandado por la sociedad romana”, explica Sebastiá Munar, director científico deI IBEAM, que define el hallazgo como una “joya arqueológica”.

Los investigadores creen que el barco estaría cubriendo la ruta entre el Norte de África e Hispania, el sur de Francia o incluso Roma. “Las islas Baleares estaban justo a medio camino y eran un buen refugio para las naves que tenían que realizar una aguada o guarecerse de un temporal”, argumenta Rodríguez. “Posiblemente no consiguieron llegar a puerto por el mal tiempo y el barco se hundió”, añade.

Bajo varias hileras de vasijas es posible que se conserve parte del casco, explican los arqueólogos. El análisis de la madera podría permitir desvelar de dónde procedía exactamente, aunque los responsables del hallazgo señalan que, en esta primera fase de estudios, no se espera realizar más trabajos en el pecio más allá de la vigilancia para evitar que sea expoliado.

Con este, ya son 12 los naufragios de la época Clásica que se han hallado en las aguas del Parque Nacional de Cabrera, según sus descubridores, lo que da idea de la importancia arqueólogica del enclave. Munar resalta la necesidad de explorar las aguas de Baleares en busca de más restos para detectarlos antes de que puedan ser dañados o robados. “Mallorca no tiene una carta arqueológica subacuática, por lo que aún no sabemos lo que hay, esperamos que este sea el principio”, señala.

El hallazgo, bautizado como Cabrera XIV, ha sido presentado esta mañana por sus descubridores junto al consejero de Cultura y Patrimonio del Consell de Mallorca, Francesc Miralles.

Fuente: El País