Comida en el cine: 11 escenas memorables

La relación del cine y la comida en nuestra vida es inevitable. Está en las palomitas de maíz que no perdonamos cuando vamos al cine o le damos play a Netflix: pero también está en las escenas icónicas que se quedan en nuestra memoria y que nos antojan comer lo que el de la pantalla está comiendo, por ejemplo: las codornices en sarcófago del Babette’s Feast (Gabriel Axel, 1987), la hamburguesa con queso de Pulp Fiction (Quentin Tarantino, 1994), o el espagueti marinara de Goodfellas (Martin Scorsese, 1990).

¿Cuál es tu escena favorita de comida en el cine? Aquí diez de las más memorables. Quitamos las películas específicas de comida, no sin antes resaltar una frase de Julia Child —salida de Julie & Julia—: “La gente que ama comer, siempre es la mejor gente”.

1. Inglourious Basterds (Quentin Tarantino, 2009)

Difícil de olvidar la escena del strudel que pide Hans Landa (Christoph Waltz) y obliga a comer a Shoshanna (Mélanie Laurent), donde cada segundo, aún con esa delicia en la mesa, se hace cada vez más tenso. Entre el sonido crujiente del hojaldre y cómo llega hasta sus bocas esta escena es food porn absoluto.

2. Marie Antoinette (Sofia Coppola, 2006)

Ver la historia de la reina de Francia María Antonieta nos obliga a pensar en lo delicioso que pudo ser ella… bueno, antes de que la enfermedad hiciera su aparición; pero en los años dorados, un pastel, una copa de champaña o un macarrón podía arreglarlo todo. Los banquetes, las fiestas, los zapatos, la diversión que se vive en el Versalles de Coppola se quedó en nuestros sueños por siempre.

3. Eat, Pray, Love (Ryan Murphy, 2010)

Elizabeth (Julia Roberts) va en busca del amor propio y para ello debe hacer tres cosas fundamentales, pero lo que mejor le sale es comer. Al principio le cuesta trabajo deshacerse de la culpa por comer “carbs”, pero cuando entiende que no se puede conocer un lugar sin probar su comida, disfruta con todo su ser un plato de espagueti y una pizza Margarita que se come ella sola, sin importarle nada más en el mundo.

4. Pulp Fiction (Quentin Tarantino, 1994)

 

“¡Hamburguesas! La piedra angular de cualquier desayuno nutritivo”, dijo Samuel L. Jackson en su papel de Jules Winnfield. ¿Qué clase de hamburguesas? “Hamburguesas con queso”. Esta escena, en la que Jules le da una gran y deliciosa mordida a una hamburguesa con queso de Big Kahuna Burger —marca inventada por el director— es pilar en la película que fue premiada con un Óscar en 1994. Aunque también recordamos la escena en la que Mía Wallace (Uma Thurman) cena malteadas con Vincent Vega (John Travolta) en Jack Rabbit Slims. “Es como fumar un helado”, dicen. Sí, también queremos una orden de eso, por favor.

5. Blue Is The Warmest Color (Abdellatif Kechiche, 2013)

Espagueti a la boloñesa es la respuesta a muchas dudas en esta película. Tan importante es esta boloñesa que casi se convierte en un personaje. No hay timidez a la hora de presentar los rojos y cárnicos tallarines en porciones abundantes. Tampoco hay decoro en la forma de comer de Adèle, quien come con voracidad, con gusto, sin preocuparse por la salsa que le escurre. Incluso hay teorías sobre la manera de comer de Adèle, pues es parte de su personalidad sensual y su libertad sexual. Cada vez que vemos esta escena se nos antoja comer el mismo espagueti. Así funciona el antojo: no solo deseamos el objeto, sino la sensación de gozarlo.

6. A Little Princess (Alfonso Cuarón, 1995)

Un día despertó y tenía un banquete servido para ella y su amiga Becky (Vanessa Lee). Sarah (Liesel Matthews) se va a dormir sin comer y cierra los ojos deseando saciar el hambre que no la deja descansar. Al despertar se encuentra con un banquete servido sólo para ella y Becky. Están todas sus comidas favoritas y la escena está tan bien filmada que las ganas de comer llegan inmediatamente al espectador.

7. Crazy, Stupid, Love (Glenn Ficarra, John Requa, 2011)

Pizza + Ryan Gosling. ¡Oh sí! ¿Necesitas más razones para verla? Ok, pues la mejor escena del filme —la que en realidad hace que valga la pena verla— es esa en la que Jacob (Ryan Gosling) espera a Cal (Stev Carell) comiendo pizza, así sin más, con toda la desfachatez del mundo

8. Zombieland (Ruben Fleischer, 2009)

 

Si de algo nos acordamos, además de Emma Stone y Jesse Eisenberg, es de la búsqueda implacable por Twinkies de Woody Harrelson.: duran prácticamente para siempre.

9. El laberinto del fauno (Guillermo del Toro, 2006)

La joven Ofelia no pudo resistirse al banquete que brillaba frente a sus ojos y nadie la culpa, nosotros también hubiéramos caído en la tentación. Esta escena es clave en la historia de esta hermosa película.

10. Spirited Away (Hayao Miyazaki, 2001)

 

Ya hemos hablado de la importancia de la comida en ésta, una de las películas más representativas de Miyazaki. Tres escenas llenas de comida marcan esta historia: la primera es cuando los padres de Chihiro se convierten en cerdos; la segunda ocurre durante una cena de Chihiro con la bruja; y la tercera es la ofrenda al espíritu. Todo siempre se ve delicioso a pesar de que es un dibujo animado. Incluso existen blogs donde se comparten recetas y fotos de cómo luce en la vida real la comida de la película.

11. Matilda (Danny DeVito, 1996)

El castigo que le impuso Tronchatoro a Bruce fue comer un enorme —y a juzgar por cómo se ve, delicioso— pastel de chocolate. Esta escena marcó nuestra infancia y no sabíamos si se nos antojaba o sólo teníamos miedo de que nos pasara alguna vez.

Hay muchas más grande escenas en el cine que nos han hecho morir de antojo. Y podríamos pasar horas hablando de esas comida icónicas, aunque sería mejor si lo hacemos compartiendo un espagueti boloñesa, una hamburguesa con queso o un pastel de chocolate, ¿no?

Sin Embargo