El anuncio de la NASA del día miércoles se ha convertido en la respuesta más contundente y sólida a un ensayo del político británico Winston Churchill que salió a la luz recientemente y que los especialistas calculan que fue escrito en los albores de la Segunda Guerra Mundial.
“¿Estamos solos en el universo?” es el título que eligió el ex primer ministro para sus reflexiones sobre la posibilidad de la vida extraterrestre; una pregunta que con el anuncio realizado el miércoles por el científico Michaël Gillon, del Instituto STAR en la Universidad de Lieja (Bélgica), demostró su absoluta visión y vigencia.
La revista especializada Nature publicó recientemente un artículo del astrofísico Mario Livio en el que compara las reflexiones de Churchill con los datos con que actualmente se piensa en la vida fuera de nuestro planeta.
Según Livio, Churchill describió hace décadas lo que llamamos “zonas habitables” y se preguntó si habría planetas que pudieran albergar vida orbitando estrellas distintas del Sol.
El miércoles, en un anuncio que había concentrado expectativas a nivel internacional, la NASA anunció el hallazgo de un fascinante sistema de siete planetas del tamaño de la Tierra. Dentro de ese sistema en torno a la estrella bautizada como Trappist-1, los científicos están estudiando los tres exoplanetas que se encuentran en “zonas habitables” —donde las temperaturas no sean ni tan altas ni tan bajas—, lo que representa el terreno más prometedor hasta la fecha para analizar si hay vida más allá del sistema solar.
En sus reflexiones, escritas en torno al año 1939 y retomadas a finales de la década del 50, Churchill intenta definir la vida, establece las condiciones necesarias para ella (como el agua) y describe las “zonas habitables” o “zonas Goldilocks”.
Además, analiza los planetas que podrían albergar vida en nuestro propio sistema solar (Marte y Venus, además de la Tierra), discute sobre la necesidad de una atmósfera y de la gravedad, y se pregunta si podría haber planetas orbitando otras estrellas distintas del Sol. Todos indicios de lo que sería finalmente confirmado casi 80 años después.
Aunque el ensayo aún no fue publicado por cuestiones relativas a los derechos de autor, algunas páginas originales mecanografiadas fueron exhibidas en el Museo Nacional Churchill la semana pasada. El texto ha demostrado que el británico no era sólo uno de los más hábiles políticos del siglo XX, sino que también era un apasionado de la ciencia y la tecnología.
“Lo que me impresionó inmediatamente fue el título del artículo. (…) No podía creer que Churchill hubiera escrito un ensayo de ese tipo. Sabía que le interesaba la ciencia, pero pensé que su interés estaba puesto únicamente en la ciencia en relación con la carrera bélica”, dijo Livio a la revista Newsweek. Ahora, también se ha demostrado su capacidad para anticiparse a grandes acontecimientos.
Sin Embargo
Source: Mundo