Los servicios médicos en la Delegación Estatal Chihuahua del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), informó que el herpes labial, conocido comúnmente como fuego, es una infección de fácil contagio que requiere ser atendida profesionalmente en las primeras 48 horas de su manifestación.
Se trata de una enfermedad muy común, causada por el virus del herpes simple tipo 1 (HSV1) que se adquiere no sólo a través del contacto directo con la persona infectada (como un beso), sino también con objetos utilizados por la misma. Aunque es común que mucha gente lo haga, pero los especialistas recomiendan no automedicarse o usar remedios populares contra las “fuegos”.
Se calcula que en México al menos 90 por ciento de la población padece este virus, sin embargo sólo entre 15 y 30 por ciento lo desarrolla, manifestándose en el brote de las también llamadas calenturas. Estas ampollas suelen aparecer repetida y espontáneamente en el mismo lugar donde ocurrió la erupción previa.
El Instituto señaló que los principales síntomas cuando se presenta por primera vez el herpes labial son fiebre y malestar, después aparece una pequeña lesión de color rojizo que ocasiona dolor, picazón y la sensación de quemazón, por esto se le da el nombre popular de fuego. Éste virus evoluciona dando paso a pequeñas vejigas con líquido que después se secarán, formarán costra y se caerán, este proceso dura de siete a 15 días.
El Instituto señaló que en ocasiones los fuegos brotan en las encías, el paladar, la lengua e incluso en la faringe, causando comezón, irritación, aumento de la sensibilidad en la zona afectada y dolor al ingerir alimentos ya sean líquidos o sólidos, entre otros síntomas.
El IMSS advirtió que no deben reventarse las ampollas ni arrancarse las costras porque la infección podría extenderse a zonas cercanas; además el área debe mantenerse seca y limpia. También señaló la importancia de no automedicarse y mucho menos recurrir a los remedios caseros como colocarse hielo, bicarbonato o pasta dental, pues podrían complicar la lesión.
El tratamiento que el Seguro Social ofrece es sintomático; es decir, se emplean analgésicos, antipiréticos y antiinflamatorios. En las primeras 48 horas de manifestación es posible recetar medicamentos antivirales para disminuir los síntomas. Los fuegos suelen brotar más en temporada de calor, ya que la exposición intensa a los rayos solares es un factor determinante para la aparición de estas lesiones.
En ocasiones se manifiestan después de un episodio de fiebre alta, estrés emocional o esfuerzo físico, lo cual está relacionado con bajas defensas del sistema inmunológico, por esto varias mujeres sufren las lesiones durante los periodos menstruales y el embarazo. También se le relaciona con el consumo excesivo de alcohol.
El cuidado personal ayuda a controlar el virus, entre las recomendaciones, están: higiene, descanso, ejercicio y tener una buena alimentación; así como no se debe besar a una persona contagiada, no compartir objetos personales como pañuelos, toallas, vasos, cubiertos, ni usar cosméticos labiales viejos, evitar la exposición solar sin una protección adecuada, entre otras.