Mutilación de dedos, manos y brazos en las fábricas; alteraciones respiratorias serias por el contacto continuo con polvos en empresas mineras y cementeras; diversos tipos de cáncer por estar expuestos a agentes químicos en fábricas de productos de asbesto, o al benceno, tetracloruro de carbono, percloroetileno, cromo y arsénico, entre otros, son ejemplos de los accidentes y enfermedades asociados al trabajo que a diario ocurren en México.
Rodolfo Nava Hernández, coordinador de Salud en el Trabajo de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM, dijo que también hay problemas de cuello y columna vertebral asociados con los asientos de las oficinas; alteraciones en la salud por factores estresantes en bolsas de valores y redacciones de periódicos; daños en la vista y manos por movimientos repetitivos en personal de maquiladoras, además de afecciones auditivas por ruido constante en la industria metal-mecánica.
A propósito del Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo, a celebrarse este 28 de abril para crear conciencia de la importancia de la prevención de riesgos en ese entorno, así como para promover que sea seguro, saludable y decente, el universitario informó que de acuerdo con datos del IMSS en 2013 se reportaron en el país 415 mil 660 accidentes y seis mil 364 enfermedades asociadas.
“Estas cifras, no actualizadas para 2014 y 2015, tienen un sub registro, pues muchas empresas no reportan al IMSS los daños a sus empleados y los resuelven intramuros. Se estima que de cada 100 accidentes en esos entornos, se notifican sólo 60”, señaló.
Entre los casos más dramáticos, precisó el profesor del posgrado de la FM, se encuentran los mineros y las obreras de las maquiladoras, que con frecuencia adquieren cáncer, los primeros, y deformaciones en manos y disminución de la agudeza visual, las segundas, a consecuencia de la labor que desarrollan sin condiciones mínimas de seguridad.
“Según el IMSS, el 42 por ciento de las enfermedades ocasionadas por el ambiente de trabajo son auditivas y respiratorias, generalmente derivadas de la exposición al ruido en las industrias siderúrgica, metal-mecánica y textil; y al polvo, gases y humos tóxicos en las industrias minera, cementera y de la construcción”, precisó.
De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), en América Latina se reconoce apenas el cinco por ciento de los casos de esas afecciones, por lo tanto existe un sub registro de 95 por ciento.
El problema es grave; falta información y medidas de seguridad para prevenir los accidentes y las enfermedades en esos ambientes. “Necesitamos que las comisiones de Seguridad e Higiene, que por ley deben existir y funcionar en todo centro de trabajo, sean eficientes”.