La Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) alertó que el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) atraviesa una de “sus etapas más delicadas de su historia” y, de continuar con ese ritmo, “corre el riesgo del colapso”.
El motivo: “la carga” que representa su propio régimen de jubilaciones y pensiones, que sólo este año significará un costo de 64 mil millones de pesos.
Al dar su mensaje semanal, el organismo presidido por Adolfo Castañón advirtió:
El IMSS “ya agotó el fondo laboral para pagar las jubilaciones de sus propios trabajadores, por lo que ha tomado recursos del Seguro de Enfermedades y Maternidad, que son para financiar servicios médicos y prestaciones a los 42 millones de derechohabientes”.
De mantenerse la estructura actual, alertó, “se corre el riesgo de que el instituto se colapse”.
La Coparmex consideró necesario atender “las señales de agotamiento” del instituto dirigido por José Antonio González Anaya, y pidió reforzar el sistema de ahorro para el retiro, para que los trabajadores mexicanos que iniciaron su vida laboral después del segundo semestre de 1997, puedan elevar sus aportaciones y recibir mejores pensiones.
El organismo patronal señaló que el “bono demográfico” se está agotando y la esperanza de vida de los mexicanos es mayor, lo que representa un riesgo para el actual sistema de pensiones del IMSS.
“La pirámide poblacional se está modificando: mientras en 1990 por cada pensionado había 14 personas trabajando y cotizando, en el 2050 la cifra se reducirá a sólo cuatro personas que cotizarán por cada mexicano pensionado”, precisó.
Según Castañón, “estamos en una etapa de transición, por lo que el reto es para los trabajadores del régimen de Afores que entró en vigor a partir del 1 de julio de 1997, cuya mayor proporción es de trabajadores entre 25 y 30 años, y quienes sólo aportan 6.5% de su salario base de cotización, es decir, casi la mitad del promedio observado en los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE)”.
Señaló que el monto de pensión que alcanzarán estos trabajadores al final de su vida laboral será de sólo 28.5% de sus últimos ingresos, lo que es claramente insuficiente si se compara con el promedio de la pensión de los países de la OCDE, de 67.9% de sus últimos ingresos.
Además, la informalidad es otro de los riesgos para el sistema, ya que prácticamente seis de cada 10 mexicanos laboran en estas condiciones o en el autoempleo.
Al respecto, la Coparmex lanzó que “son millones de mexicanos que tarde o temprano van a demandar servicios de salud o pensión, pese a que no cotizan ni contribuyen al erario en la actualidad… Esto mina la posibilidad de migrar a un sistema de seguridad universal, simplemente porque no podría financiarse a lo largo del tiempo”.
Las siete acciones
El organismo patronal propuso siete acciones a seguir para mejorar el estado del IMSS:
En primer lugar dijo que es necesario reestructurar a fondo al instituto, lo que implica revisar los contratos colectivos de los empleados; además consideró necesario mejorar el nivel de contribución de los trabajadores al Sistema de Ahorro para el Retiro, para alcanzar el nivel promedio de la OCDE, de 13%.
También vio conveniente alentar el ahorro de largo plazo, con base en estímulos fiscales que se traduzcan en beneficios directos para los trabajadores, así como desarrollar esquemas que incentiven al trabajador a llevar a cabo aportaciones cuando cause baja laboral y así acumular ahorro para su retiro.
Luego insistió en la necesidad de evaluar la posibilidad de que la subcuenta de vivienda pueda canalizarse a la consolidación del sistema de pensiones, en beneficio de más de 5 millones de trabajadores que no van a poder disponer de un crédito para vivienda o que ya ejercieron ese beneficio.
Asimismo, sugirió otorgar estímulos a los planes privados de pensiones para incrementar la cobertura y, por último, ampliar la gama de instrumentos y mercados para diversificar los portafolios de inversión, acotando el nivel de riesgo.