Vendedores en México comercializan escarabajos vivos cubiertos con piedras de imitación, con una cadena dorada y un pin que sirve como “correa” para que el insecto no huya del lugar donde se desea colocar.
Esto no se trata de una moda nueva, pues tiene por lo menos 20 años que esta práctica se realiza con mayor difusión. Otro tema al respecto es que algunos de estos insectos no logran pasar las fronteras hacia sus clientes en Estados Unidos, por falta de regulaciones o permisos necesarios. Es por ello que algunos especímenes han sido confiscados y se encuentran en la colección Coleoptera del Museo Nacional de Historia Natural en Washington, Estados Unidos.
El diseñador Raúl Aguilar, nacido en la Ciudad de México y radicado en San Francisco, explicó al Instituto Smithsoniano de Estados Unidos que el origen de la tradición del “makech” -como se le conocen a este tipo de accesorios comercializados-, se desconoce exactamente.
Algunos comerciantes dijeron que los insectos personalizados datan desde la época de los mayas y que forman parte de largas leyendas, sin embargo esto no ha sido documentado. Aguilar explica que probablemente se trate de una manera de atraer a los compradores pues la venta de estos insectos tiene origen desde la década de los setenta.
El makech es un insecto neotropical que existe desde el norte de Colombia, Venezuela y al sur de México, donde habita en madera descompuesta y regiones áridas. La razón más viable por la cual estos escarabajos son usados como joyería, se debe a sus características naturales como el color dorado con negro, por lo cual parecen ya tesoros mayas.
La facilidad de supervivencia de estos seres vivos es “práctica”, ya que pueden pasar largo tiempo sin hidratarse e incluso fingen estar muertos al ser perturbados por otros seres vivos, lo que hace que su captura sea fácil.
Aunque encontrarlos es la parte difícil, ya que poco se conoce sobre las poblaciones de esta especie. Los escarabajos no se reproducen como moscas, tienen un ciclo de vida lento y viven durante muchos años hasta que encuentren el momento correcto para reproducirse. En México, grupos de hombres llamados “Los Machequeros”, encuentran y coleccionan makech adultos en su hábitat natural.
Los insectos vivos son enviados a los artesanos locales y los decoran para venderlos a los turistas en 65 o 150 pesos. El problema de este comercio, es que no hay autoridades que regulen esta práctica y se desconoce qué clase de impacto pueda tener esta extracción, ni la vulnerabilidad de la especie.
En 2010, Personas por el Trato Ético de los Animales (PETA) se pronunció en contra de esta actividad al argumentar que no por tratarse de un insecto o de un ser muy pequeño, no puedan sentir sufrimiento.
Sin Embargo