Asistir a la escuela representaba para Ulises y su familia, tener que emplear siete horas –hora y media más que el tiempo de clases- para llegar a su escuela ubicada en la comunidad de San Juanito.
Para el pequeño no había otra alternativa que la de permanecer internado en el plantel, separarse de su familia y verla sólo los fines de semana y durante las vacaciones. Sus ganas de “ser alguien en la vida” le animan.
En el plantel lo señalan como un alumno empeñoso y de “trato sencillo”. Su historia se dio a conocer tras participar como invitado en la sesión de diputados infantiles en el Congreso estatal.
Ante el asombro de varios de los legisladores al conocer su historia, Ulises sólo les sonrió, dice que “ya lo ve como normal”, incluso, en la misma situación está su hermano, con quien comparte juegos.
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