¿Recular es de sabios?-Regalote electoral-Bono insalubre

LA BOMBA QUE ayer soltó un periódico de circulación nacional respecto a las tropelías del ex gobernador César Duarte, la cual involucraría al canciller Luis Videgaray, uno de los hombres más cercanos al presidente de México, Enrique Peña Nieto, terminó por dinamitarse con las declaraciones del gobernador Javier Corral, el cual tiró la indirecta de que quien filtró la información de los vínculos del funcionario federal, fue ni más ni menos que el mismísimo Duarte Jáquez, el oriundo de Balleza, que según el mandón de Palacio, habría embarrado al ex secretario de Hacienda y a su casi compadre, Manlio Fabio Beltrones, ex dirigente del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, con la intención de amedrentar al jefe de Los Pinos y así frenar su extradición.

Vaya, la teoría de conspiración impulsada por las declaraciones de Corral Jurado van más allá de cualquier lógica, sin embargo, si las dice, es porque quizá el mandatario sepa algo que nadie más, aunque a decir los malosos, si a César Duarte se le ocurrió tremenda coartada, es porque de plano quiere crucificarse antes de que concluya el año, y es que involucrar a Videgaray, el funcionario consentido de Peña Nieto, sería prácticamente como colgarse una soga al cuello, pues el golpe mediático que significó para el priismo, con las precampañas a todo lo que dan y con su candidato, Pepe Meade, de gira por varios estados del país, sería ya meterse con la sucesión presidencial, algo de lo que el Presi Gavioto no estará muy contento que digamos.

El caso es que “haiga sido como haiga sido”, lo que sí es un hecho es que el gobernador Javier Corral se lavó las manos, y es que ya meterse con el gabinete de Peña Nieto, sería cavar la tumba, al menos en los próximos meses, de su principal promesa de campaña que fue el encerrar a César Duarte, y no necesariamente por salpicar a Videgaray, sino por hacerlo con Manlio Fabio Beltrones, el sonorense que no se anda con pequeñeces y que no por nada es el discípulo de Fernando Gutiérrez Barrios, el polémico ex secretario de Gobernación que era el terror de muchos miles, sin duda, el miedo no anda en burro.

******

TREMENDO REGALO DE Navidad el que les dio el Tribunal Estatal Electoral a los que suspiran por la reelección y también a los partidos políticos, y es que ante tanta impugnación y recursos interpuestos en contra de los lineamientos que el IEE les enjaretó a los grillos en materia de equidad de género, el TEE decidió revocar lo establecido por el árbitro de la contienda, así que los actuales diputados que pretenden reelegirse, así como las dirigencias del PRI, PRD y Movimiento Ciudadano, podrán entrarle a gusto a los tamales y al pavo, ya que podrán estar tranquilos que según el TEE, serán los partidos los que definan la lista de candidatos y así registrarlos ante el Instituto Estatal Electoral, que no tendrá de otra que apechugar.

******

Y YA QUE andamos con cuestiones de la elección, será hoy a las seis de la tarde cuando quede instalada de manera formal la Asamblea Municipal Electoral en la capital del estado, misma que será presidida por Héctor Hugo Natera, el ex consejero del ICHITAIP vinculado al PRI local, quien a pesar de su pasado tricolor, logró quedarse con la presidencia de la Asamblea, por más que el PAN pataleó e hizo berrinche.

******

LOS QUE PODRÍAN tener una amarga Nochebuena, al menos en lo que a billetes se refiere, son los trabajadores sindicalizados de la Secretaría de Salud del gobierno estatal, y es que ayer, los empleados todavía suspiraban por el bono prometido, el cual tendría que haber sido depositado a más tardar hoy, así que a la dependencia a cargo de Ernesto Ávila, todavía le quedan 24 horas para romper el cochinito y comenzar con el depósito de chelines en las respectivas tarjetas de los trabajadores, el cual asciende a casi 12 mil pesos, mismos que con tanto impuesto que pagar en el 2018, les caería de perlas a los involucrados.

******

Y COMO LOS malosos también esperan los regalos y a que Santa baje por la chimenea, nosotros también haremos lo propio y nos leeremos el año que entra.

 

 

 

 


Source: Columna