Gracias al caos provocado como consecuencia de las invasiones de Estados Unidos a Afganistán e Irak, iniciadas en 2001 y 2003, respectivamente, militares, contratistas y operadores estadounidenses han robado miles de millones de dólares.
Según un informe publicado en la revista estadounidense Slate, en medio de las guerras lideradas por Washington en Irak y Afganistán, responsables de decenas de casos de fraude y abusos tenían la oportunidad de actuar con impunidad en esos países.
“El fraude total cometido por personal militar estadounidense y contratistas va a ser mucho mayor de lo que somos capaces de perseguir”, ha comentado el ex inspector general especial para la reconstrucción de Irak Stuart Bowen.
Por su parte, el actual jefe de supervisión de Estados Unidos para la reconstrucción en Afganistán, John F. Sopko, ha indicado que “uno no tiene ni idea de la cantidad de dinero que ha sido robado en Afganistán hasta que llega ahí”.
Como indica el informe, el caso más destacado es el mercado negro de combustible en Afganistán, por medio del cual los militares estadounidenses consiguieron enormes beneficios “alterando los manifiestos de gasolina antes de venderla fuera de las bases”.
Una gasolinera en la provincia afgana de Helmand
De acuerdo con Slate, desde 2005, al menos 115 integrantes de la misión estadounidense en Afganistán e Irak han sido condenados por delitos que ascienden a 52 millones de dólares, mientras que los investigadores sospechan que la cifra es “muchísimo mayor”; y a fecha de febrero del presente año, siguen abiertas 327 investigaciones que involucran a 31 integrantes del Ejército de Estados Unidos.
Una de los acusados es la especialista Stephanie Charboneau, cómplice de un robo valorado en al menos 15 millones de dólares durante la guerra de Afganistán, y que fue condenada en 2013 a cumplir siete años de cárcel en la prisión militar de Fort Worth (Texas).
Según las explicaciones dadas por Charboneau, durante el procedimiento se cargaban camiones con más combustible del necesario y después se falsificaban informes que demostraban que la carga había sido entregada.
Un convoy estadounidense de combustible en Afganistán
Por su parte, el comandante retirado Glenn McDonald ha recordado que el volumen total de los delitos de robo y fraude cometidos en Afganistán excede a los que percibió como joven soldado durante la guerra de Vietnam, y ha asegurado que “(la cantidad de dinero) que puedes sacar en limpio de estas últimas guerras es alucinante. Es una oportunidad de oro para cualquiera, militar o no, para hacerse rico de la mañana a la noche”.
La mayoría de estos delitos se han cometido por la incapacidad de altos mandos militares del país norteamericano de investigar in situ irregularidades en los contratos o robos de combustible.
HispanTv