El niño de tan sólo siete años de edad que escapó de un albergue denominado “Dulce Refugio” en Aguascalientes se fue del lugar al ser presuntamente maltratado por los encargados del sitio.
Pablo escapó junto con otro pequeño de tan sólo nueve años de edad, quien ya fue ubicado por las autoridades; sin embargo, Pablo aún continúa en casa de su abuela debido a que teme regresar al lugar.
“Yo y mi amigo Toño nos escapamos porque nos pegaban y aparte nos levantaban a las cuatro de la mañana y después Uriel nada más se quería dormir con mi hermano el más chiquito.”
Las heridas en su cuerpo ya cicatrizaron, pero el recuerdo de lo que vivió al interior de un albergue permanece intacto.
“Tenían una tabla y nos pegaban”, dijo temeroso el menor.
Para escapar, ambos niños utilizaron un andén para brincar la barda, llegar con los familiares de Pablo, quienes lo resguardaron en la casa de su abuela.
“Había una barda y brincamos; primero nos empezamos a subir con lo que trabajan los albañiles, pisamos un tubo y nos aventamos y ya venimos para acá.”
El menor relató que eran tres personas las que se encargaban de golpear a los niños, que a decir de él se portan mal.
‒¿Quiénes les pegan?
‒Marce, Uriel y Juan.
Natalia, la abuela del menor, aseguró que su nieto llegó con heridas en su cuerpo, desnutrido y con mucho miedo.
“Venía más delgado y muerto del hambre, comía mucho, decía que no le daban de comer lo levantaban a las cuatro de la mañana a limpiar paredes y ventanas golpeado, él me enseñó los golpes.”
El menor permaneció en el refugio a lo largo de 2 años, luego de que sus padres fueran detenidos por diversos delitos, entre ellos la trata de personas. Sus hermanos se encuentran internados en diferentes refugios y anexos, en donde se desconocen las condiciones en las que se encuentran; por ello, los familiares piden se les permita verlos.
“Para ver si están bien, porque éste que se escapó está mal; yo creo que los otros están peor.”
Los familiares de Pablo exigen justicia y temen que los otros cinco hermanos sufran lo mismo.
Y es que Miguel Ángel y Roberto Carlos, de 5 y 3 años, permanecen en el albergue “Dulce Refugio”; Brenda y Vicky fueron canalizadas al anexo de Agua Viva y Víctor Manuel se encuentra internado en la Ciudad del Niño.
La abuela de los menores indicó que varias personas le han comentado que a algunos de sus nietos lo han visto vendiendo paletas en los cruceros.
“Pues a mí me dijo una señora que en ese anexo los sacan a vender paletas para su rehabilitación; yo no los he visto, pero a mí me han dicho.”
Aunque las autoridades estatales aseguraron que un caso similar al de Mamá Rosa no podría replicarse en Aguascalientes, lo cierto es que los albergues particulares no son revisados por las instancias correspondientes.
Excélsior