Sentir malestar de estómago a bordo de un avión no suele ser causa de alarma.
Pero los dolores que atormentaron a Ada Guan el domingo pasado, día de las madres, en un vuelo de Air Canada con destino a Tokio nada tenían que ver con el nerviosismo de viaje o las turbulencias.
Resulta que eran dolores de parto provocados por el inminente nacimiento de su hija, pero la joven de 23 años no tenía ni idea de que estaba embarazada.
“Pensábamos que tenía un dolor de estómago muy malo, o calambres, o úlcera, o algo así”, declaró el novio de Guan, Wes Branch, al Global News de Canadá. “Su barriga ni siquiera estaba grande”.
La pareja, que vive en la Columbia Británica y había estado saliendo durante un año, estaba a bordo de un avión que acababa de salir de Calgary hacia Japón, donde iban a pasar sus vacaciones. Y Guan sintió que su dolor se hacía más intenso mientras cruzaban el Océano Pacífico a 36.000 pies de altura, según Global News.
Cuando la situación empeoró y Guan mostró señales evidentes de necesitar atención médica, la tripulación pidió ayuda a uno de los tres doctores que iban a bordo. Ese médico le puso un suero y le dio Tylenol, pero el dolor no cedía.
Y no era para menos: una bebé de 37 semanas estaba a punto de hacer una entrada inolvidable en este mundo.
¿Pero cómo es posible que la pareja estuviera totalmente ajena a que dentro de la joven crecía una bebé? El novio contó al Global News que aunque la madre había ganado peso recientemente, todos las pruebas de embarazo habían dado resultados negativos. Asimismo dijo que Guan había ido al médico unas semanas antes de viaje y no le detectaron el embarazo.
Agencias