La espina dorsal de la sociedad, con la que camina el mundo contemporáneo, es la familia; instrumento socializador en el que el individuo adquiere identidad. Este grupo sostiene al país y a pesar de las adversidades, la pobreza, la inequidad y otros males que nos aquejan, es un factor de protección contra la desintegración de las colectividades, dijo María del Rosario Silva Arciniega, académica de la Escuela Nacional de Trabajo Social (ENTS) de la UNAM.
La familia tradicional vive un proceso histórico de transformación y diversificación, pero no su desaparición, pues el ser humano requiere de un núcleo básico de protección. Es uno de los seres más dependientes al nacer y de no contar con quien lo proteja y alimente, no sería capaz de sobrevivir, apuntó con motivo del Día Internacional de la Familia, que se conmemora este 15 de mayo.
También es un factor de protección contra la adversidad y no es la pérdida de valores lo que más la ha afectado, sino la falta de empleo y el ingreso mal remunerado; estos elementos, en mayor medida, la han vulnerado, pues han conducido a sus integrantes a la pobreza, el hacinamiento, la insalubridad, la desnutrición, el analfabetismo y a la violencia intrafamiliar, agregó.
La estructura familiar debe ser “relativamente fija y estable” para sustentar al grupo en sus tareas y funciones, aceptar cierto grado de flexibilidad y acomodarse a los requerimientos de las situaciones de vida.
En la actualidad se identifican por lo menos cinco tipos de familias: nuclear (convencional: madre, padre e hijos); extensa (pareja, hijos y otro familiar); monoparental (padre o madre con hijo (s)); ensamblada o reconstruida (parejas provenientes de relaciones concluidas que se unen y aportan a la nueva relación los hijos concebidos de uniones anteriores), y personas del mismo sexo (parejas formadas por dos padres o dos madres con hijo (s)).
Máter familia
Aunque el tipo que más se promueve política y públicamente es la tradicional o nuclear, no existe homogeneidad al hablar de este instrumento socializador, consideró Teresa Zamora Díaz de León, también académica de la ENTS.
Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, 91 de cada 100 hogares son familiares y nueve no familiares; de los 91 familiares, 64 son nucleares, formados por padre, madre e hijos, o sólo por el padre o madre con hijos, o parejas sin hijos.
Un aspecto a destacar en los modelos de convivencia, hoy por hoy, es el incremento de los hogares monoparentales, conformados por el padre o la madre y los hijos, que representan el 18.5 del total de los hogares familiares, de los cuales el 84 por ciento está encabezado por una mujer y sólo el 16 por ciento por un hombre.
Entre otros cambios está el incremento de los hogares no familiares (personas que viven solas o conjuntos de individuos que comparten vivienda, pero no tienen lazo de parentesco), que en nuestro país aumentó de 6.7 a nueve por ciento en los últimos años; además, los homoparentales representan el 0.6 por ciento del total de las familias y, a nivel global, se ha reducido considerablemente el número de hijos.
Con relación a la responsabilidad y afecto que debe brindar la pareja dentro de este núcleo, subrayó que lo idóneo es que sean compartidos y equitativos, porque el cariño del padre (varón) en la crianza de los hijos es tan importante como el de la madre; si es afectuoso y no necesariamente proveedor (por la equidad), modelará una familia más saludable.
Día Internacional de la Familia
El Día Internacional de la Familia se celebra todos los años el 15 de mayo y fue instituido por la Asamblea General de las Naciones Unidas en septiembre de 1993. Refleja la importancia que la comunidad internacional le confiere a esa institución como unidad básica de la sociedad.