Conseguir la plaza a los Juegos Olímpicos es el principal de los objetivo que persigue la pentatleta Mayan Oliver, quien de cara a su participación en los Juegos Panamericanos se tomó un momento de respiro en su preparación para apoyar a su hermana Mayran, quien compite como seleccionada del Estado de México en el torneo de la Olimpiada Nacional disputado en el Parque Bicentenario, de esta localidad.
Tras su participación en el serial 2015 de la Copa del Mundo de pentatlón moderno, Mayan además aprovecha el receso para llenarse de la energía y fortaleza que sólo la Olimpiada Nacional le puede dar, al ser el certamen que le enseñó a divertirse y marcó su carrera deportiva, siendo parte fundamental de su desarrollo personal.
“Estoy muy tranquila porque se tiene la fecha fija pero tenemos que seguir entrenando, tenemos la final de Copa a la que vamos a ir por invitación, ahí podremos agarrar más conocimiento y detallar los aspectos que nos hacen falta para no cometerlos en Panamericanos, ya que estará en juego la clasificación a los Juegos Olímpicos a los cinco mejores lugares”.
El legado que le dejó estar en el magno certamen deportivo, en la que incursionó desde el 2004, asegura es incomparable.
“Nada se compara con lo que se siente estar aquí de nuevo, si se extraña no poder competir porque si es importante ganar medallas y competir con nuevas deportistas, los resultados que obtienes al final, me siento muy contenta y relajada de venir a ver a mi hermana, para ella es importante verme aquí y apoyarla, es muy emotiva verla.
“Extraño las amistades y las premiaciones, es importante sentirte campeón porque ganaste alguna prueba, es un sentimiento muy bonito, desde el 2004 sólo participé en natación y carrera, en el 2008 ya fue cuando se disputaban las cinco pruebas”.
Otro aspecto que le da tranquilidad para enfrentar el reto panamericano llamado Toronto 2015 es que esta pronta a concluir la Licenciatura en Enfermería en la Facultad de Estudios Superiores de Iztacala (FES), de la Universidad Nacional Autónoma de México, carrera profesional que cursó por espacio de cinco años debido a las giras realizadas con la selección mexicana.
“El 22 de mayo concluyo mi último semestre y estaré liberada, mucho más tranquila para ya no pensar en eso, es poco el tiempo porque después vendrá mi servicio social y dependiendo de la forma en que quiera titularme será lo que tarde, la hice en cinco años y no en cuatro como normalmente se hace”.
Su vocación de servir a las demás personas la llevó a elegir esta carrera. “Siempre me ha llamado ayudar a las personas, el cuidado holístico como un todo para mi es algo importante”, como prueba el Ejercito Mexicano la invitó a representarlo en competencias deportivas con el cargo de soldado auxiliar.
“Fue en un NORCECA en Guadalajara en 2010, yo quería ser enfermera militar, pero no se podía porque era entrenar o estudiar ya que ellos me necesitaban interna, cuando me llegó la invitación no lo dudé y acepté, dos años después fue que ingresé,
La dedicación y empeño que ha puesto a la educación y al deporte, la ha llevado a destacar en ambos campos.
“Me siento contenta de realizarme en las dos cosas, tengo 8.36 aún me falta la calificación de tres materias, por la mañana entreno y por la tarde voy a la escuela, llegaba a casa por la noche a hacer tarea, lo que pudiera, si no al otro día después del entrenamiento”.
Asimismo, asiente que su éxito ha estado marcado por el apoyo familiar.
“Agradezco el apoyo a mis papás, siempre me alentaron a seguir adelante, me decían que no era la única persona que me enfrentaba a eso, que otras más lo habían logrado y yo no sería la excepción”.
Sus inicios en el pentatlón se dieron a los siete años ya que debido a su corta estatura el pediatra que la atendía le recomendó a su madre que realizara natación, ya que este deporte le permitiría su crecimiento.
“Mi mamá me metió para que aprendiera para que cuando fuéramos al mar no corriera peligro, en eso momento yo le temía al agua, no lograba avanzar ni hundirme, sentía mucho temor y era un gran rato, fue muy drástico ese cambio, había veces en los que el coche de mi mamá no circulaba y descansaba, nos íbamos en transporte público, salía de la escuela, iba a comer a la casa a dejar la mochila, agarrar la de entrenamiento y llegar a las cuatro al COM, salía a las siete, era pesado por las labores de la escuela y porque mi hermana estaba bebé”.
Su entrega en cada entrenamiento y competencia, así como la estrecha relación con su hermana Catherine, hicieron que ella siguiera los pasos de Mayan.
“Desde bebita ella iba con nosotros, me veía y poco a poco se fue metiendo, siento que fui una influencia muy grande para ella, siempre me apoya y me dice que quiere ser como yo, yo quiero que ella sea mucho mejor que yo”, concluyó.