Los esfuerzos de México para combatir la corrupción han sido fallidos. Desde 2004 las inversiones y el gasto destinado a combatir estas prácticas ha aumentado cada año. Pero las tasas de impunidad siguen siendo inadmisibles: sólo el 2 por ciento de los delitos de corrupción son castigados; de 1998 a 2012, se recibieron 444 denuncias por corrupción en la Auditoría Superior de la Federación (ASF), de las cuales sólo 7 fueron consignadas, esto de acuerdo con el estudio “México: anatomía de la Corrupción”.
La investigación realizada por María Amparo Casar, del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) en acompañamiento con el Instituto Mexicano para la Competitividad A. C. (IMCO), refleja la manera en cómo los mexicanos perciben las prácticas de corrupción en el ámbito político, empresarial y comunitario, siendo este último el menos afectado, lo que de acuerdo con el estudio, entre ciudadanos el nivel de corrupción es bajo.
“No sabemos a qué nos estamos enfrentando, pero es un tema creciente no en los índices de percepción, ya que está incidiendo en la confianza de los mexicanos, en el crecimiento económico y en la capacidad que tiene este país para desarrollarse con igualdad y equidad”, señaló Sergio López Ayllón, director del CIDE.
Actualmente, en las 32 entidades federativas el índice de percepción de la corrupción se ubica en el 82 por ciento en promedio, siendo Querétaro el mejor calificado, donde el 65 por ciento de las personas cree que existe corrupción; por el contrario, el Distrito Federal presentó un índice de 95.5 por ciento.
“La corrupción es un fenómeno creciente y escondido. Es un problema que está lastimando a los mexicanos. Se trata de una enfermedad provocada por múltiples causas y para tratarla, hay que conocerla”, señaló Amparo Casar sobre su investigación.
Otro de los aspectos que abarca el estudio es el de los costos económicos que han traído consigo las prácticas de corrupción en los tres niveles de gobierno. Al respecto. Amparo Casar señala que en países con mayores índices de corrupción, los niveles de inversión disminuyen hasta 5 por ciento, al igual que la pérdida en las ventas anuales de las empresas.
En este sentido, 44 por ciento de las empresas reconoce haber pagado un soborno, las razones: necesidad, agilizar trámites y participación en licitaciones.
De 2008 a 2014 México ha bajado 31 lugares a nivel mundial en el Índice de la Percepción de la Corrupción de Transparencia Internacional.
“Una estrategia para combatir la corrupción que se limita a perseguir personas, no genera cambios sustantivos, porque es algo que sólo se ubica al final del proceso. El fenómeno tiene que atacarse por sus causas, que vaya de la prevención, del rediseño de las estructuras y que finalmente, contemple sanciones”, agregó López.
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