Le llaman ‘Garage 66’ y vive desde hace 15 años en un centro médico en California. Poco se sabe de él: en junio de 1999 viajaba con un grupo de indocumentados mexicanos cuando la camioneta que los transportaba sufrió un accidente a unas 100 millas de la ciudad estadounidense de San Diego.
El hombre –entonces adolescente- no llevaba cinturón de seguridad y salió despedido del vehículo; el impacto le produjo severos daños cerebrales. Nunca se supo su identidad, pues no llevaba documentos consigo.
Actualmente tiene poco más de 30 años, según el cálculo de los médicos. No puede hablar ni moverse, pero parece estar consciente y a veces sigue movimientos con sus grandes ojos negros.
Desde hace 15 años se encuentra en Villa Coronado, una instalación médica dedicada al cuidado de pacientes con problemas crónicos. Fue trasladado allí tras ser atendido durante un año en el UC San Diego Medical Center en la localidad de Hillcrest, donde lo bautizaron como ‘Garage 66’. Incluso el origen de su alias es un misterio.
“Se rumora que [tras el accidente] cuando la camioneta se encontraba en mal estado fue llevada al depósito municipal de la ciudad donde se arreglan las furgonetas que han estado en accidentes. El nombre del sitio era Garage 66”, comentó Marc Steingart, trabajador social de Villa Coronado, en declaraciones al canal KBPS.
Bajo ese nombre, que al propio Steingart le parece denigrante, el joven desconocido ha tenido acceso al sistema médico estadounidense. El problema es que de cambiársele por otro más común podrían verse afectados sus beneficios médicos.
Los cuidados de ‘Garage 66’ cuestan unos 700 dólares diarios, y son suministrados bajo Medi-Cal, un programa médico de California que cubre también a personas de identidad desconocida incluso si se encuentran en coma o discapacitadas.
Pero no todos le llaman por ese sobrenombre. Para Laura Lemus, una mexicana que vive en Estados Unidos hace 24 años, él es “José”. Lemus se encontraba visitando a un familiar en septiembre de 1999 cuando supo del caso y pidió permiso para ver al joven accidentado.