Berlín se prepara para acoger el sábado la final de la Liga de Campeones y hoy extendió frente a la emblemática Puerta de Brandeburgo un improvisado césped, una ‘alfombra verde’ por la que desfilarán leyendas y promesas del futbol en el marco de un festival organizado por la UEFA.
A lo largo de la avenida 17 de Junio y en los alrededores de la icónica puerta berlinesa el festival presentó hoy un programa de actividades repleto de música, cine, deporte y gastronomía para preparar el terreno y los ánimos ante la final que enfrentará al FC Barcelona y el Juventus.
El plato fuerte del festival será el encuentro 5 contra 5 entre leyendas culés y bianconeras que tendrá lugar el viernes sobre el campo improvisado en el centro de la capital alemana, que hoy inauguraron a golpe de balón 80 niñas de escuelas primarias de Berlín.
Mientras, alrededor de una carpa en la Pariser Platz cientos de aficionados formaban largas filas para participar en un concurso que sortea entradas para la final o para fotografiarse con la copa de la Champions que hoy llevó hasta allí el exjugador del Real Madrid Christian Karembeu.
El responsable de Interior y Deportes de la ciudad-estado de Berlín, Frank Henkel, subrayó la importancia de la competición al recordar que “150 millones de personas mirarán el sábado a Berlín”.
El presidente de la Federación de Futbol de Berlín, Bernd Schlutz, lamentó que, por problemas con los derechos televisivos de retransmisión, la final no se emita el sábado en grandes pantallas junto a la Puerta de Brandeburgo, lugar de encuentro tradicional para miles de aficionados en los grandes eventos deportivos.
La plaza de Alexanderplatz y la Breitscheidplatz, puntos de encuentro emblemáticos de la República Democrática Alemana (RDA) y de la República Federal (RFA), respectivamente, serán “las millas de los aficionados” para los hinchas del Juventus y del Barcelona.
En esos dos escenarios separados podrán ver el partido aquellos que viajen a Berlín sin entrada para el Estadio Olímpico de Berlín, escenario del duelo.
Concebido por el arquitecto Werner March para los Juegos Olímpicos de 1936 organizados por el Tercer Reich y completamente remodelado para el Mundial de Futbol en 2006, el Olympiastadion conserva su aspecto de coloso de piedra y ya está prácticamente listo para recibir a los equipos finalistas.