Reportan escasez de cerveza en 25 estados del país

Este fin de semana y como nunca había ocurrido en tiempos de paz, al menos 25 entidades reportaban escasez de cerveza lo mismo en grandes cadenas comerciales como pequeños expendios. Sin tomar en cuenta las pérdidas millonarias en exportaciones, entre los grandes mercados nacionales afectados se encuentran la Ciudad de México, en donde ya impera una ley seca de facto en una decena de alcaldías, así como Monterrey y Guadalajara, además de la parte más poblada del Estado de México.

Se trata de millones de consumidores sin acceso a un producto que quizá no es esencial, pero es de consumo casi cotidiano. De la frontera al Bajío hasta el sureste, los estados y municipios han aplicado por su propia cuenta una u otra variante de la ley seca, desde limitar los horarios de venta hasta prohibir por completo su comercialización.

El principal golpe, empero, ha sido la limitación a la producción. Los stocks de bebida en buena parte del país ya se acercan a cero. Pero con la escasez no solo queda mal parado el consumidor. Al secarse las ventas de cerveza, el gobierno federal pierde a su principal fuente de ingresos por Impuesto Especial a Producción y Servicio (IEPS), en momentos en que requiere de más recursos que nunca para afrontar la crisis sanitaria.

Tan sólo en el 2019, este impuesto a la cheve le generó casi mil millones de pesos a las arcas federales, más que combustibles fósiles, telecomunicaciones, juegos y sorteos y bebidas alcohólicas en conjunto. Mientras la federación ve como una de sus gallinas de oro se vuelve abstemia, hay quienes ganan a manos llenas.

Como si se tratara de un producto clandestino similar a la mariguana o la cocaína, en varias entidades han aparecido dealers de cerveza que, a través de redes sociales, ofrecen el producto para llevarlo a domicilio, con un sobrecosto que va hasta el 300 por ciento “por el riesgo”.

La ley seca de facto que significó la suspensión de la producción se manifiesta en distintas variantes, pero con un elemento en común: la especulación rampante. Por ejemplo, en Tamaulipas, el precio de un six se ha duplicado. Una caja con 24 cervezas, que antes de la escasez tenía un valor de hasta 280 pesos, ahora se cotiza entre 520 y hasta 600 pesos según la marca.

Una caguama que costaba 35 pesos, hoy asciende a 75 pesos; el aumento es de más del 100%. En Coahuila se reportaron aumentos de hasta 40 por ciento en los precios. En distintas ciudades de Chihuahua se detonaron compras de pánico que agotaron los últimos stocks de muchas tiendas.

San Luis Potosí prohibió la venta de cerveza por completo desde el viernes pasado; en internet se ofrecen cartones a más del cien por ciento de su valor normal.

Monterrey, que es el principal consumidor per cápita a nivel nacional -3 mil 314 pesos por cabeza en 2018-, vive un periodo de secas jamás visto desde la Revolución Mexicana. En prácticamente todas las tiendas de la ciudad se han fijado letreros que advierten que ya no hay cerveza, mientras que Femsa, operadora de las tiendas Oxxo, sentenció a finales de la semana pasada que sólo le quedaban existencias para 10 días.

En buena parte de la ciudad, la cerveza ya desapareció de los anaqueles de las tiendas y quien la acaparó, por ejemplo, el “Depósito Eloy”, en la colonia Penitenciaria en Monterrey, vendió la presentación de 24 latas de cerveza de Tecate a 520 pesos, 200 pesos más cara de su precio regular.

El rumor de una posible medida similar en Chihuahua, detonó compras de pánico y filas de hasta dos horas para adquirir las cada vez más escasas existencias. En Tijuana, la cerveza escasea desde hace una semana y algunos minimercados optaron por llenar sus refrigeradores con otros productos, aunque apareció la reventa por medio de redes sociales.

Los pocos negocios que aún tienen existencias venden únicamente paquetes de doce cervezas en 225 pesos. En redes sociales, ya se cotiza hasta en 600 pesos. La cercanía con la frontera ha generado un fenómeno adicional: el contrabando clandestino de cerveza extranjera.

En el caso de Tijuana hay quienes ofrecen la venta de cerveza estadounidense, cruzándola de tiendas de San Diego en donde se venden paquetes de 18, 24 y 30 piezas. El precio varía de acuerdo al vendedor, pero puede ser de hasta mil pesos por 30 piezas, mismo costo que se cobra en la calle por cien gramos de cocaína o 10 churros de mariguana.

Dentro de todo este entramado, Quintana Roo, Chiapas y Tabasco se han mostrado como los estados más duro y han detonado su particular guerra contra la venta ilegal de cervezas. Hasta el momento, por la venta clandestina de cerveza, el Sistema de Aministración Tributaria de Quintana Roo (SATQ) ha clausurado 42 establecimientos y casas habitación, principalmente en Chetumal, Playa del Carmen y Cancún.

En Tuxtla Gutiérrez, la policía estatal realiza operativos en busca de puntos clandestinos de venta, como si se tratara de narcotienditas. A la par, en territorio tabasqueño, desde hace un mes se han clausurado al menos 27 locales por vender bebidas alcohólicas en sitio o por Internet, se han decomisado 3 vehículos usados para su transporte y hay por lo menos cinco personas detenidas por violar el decreto de prohibición.


Source: Mexico