El Comité de Naciones Unidas sobre los Derechos de los Niños, que sometió al escrutinio público los pasados 19 y 20 de mayo al gobierno mexicano, alertó en sus observaciones finales sobre la pobreza en la que viven “más de la mitad de la población de niñas, niños y adolescentes”.
El Comité de la ONU manifestó además su preocupación porque la prevalencia de la pobreza infantil ocurra ”en un porcentaje más alto en comparación con la población adulta”.
“[Al Comité] le preocupa que niñas y niños indígenas, afromexicanos, migrantes y desplazados, en hogares monoparentales y que viven en zonas rurales se vean particularmente afectados por la pobreza y la pobreza extrema”, manifestó la ONU en sus conclusiones.
Ante este contexto, recomendó al Estado mexicano intensificar sus esfuerzos para eliminar la pobreza infantil mediante la adopción de una política pública que se realice en consulta con las familias, con niñas y niños y las organizaciones de la sociedad civil.
El Comité manifestó su preocupación porque sean los niñas indígenas y afromexicanos los más afectados por “la pobreza extrema, la desnutrición, la mortalidad materna-infantil, los matrimonios infantiles, el embarazo adolescente, la contaminación ambiental y la falta de acceso a educación de calidad y servicios de registro civil”.
Pidió que en Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes se incluya la prohibición de la separación de niñas y niños de sus familias por situación de pobreza y que ordene el establecimiento de Procuradurías de Protección Especial para, entre otras cosas, proteger a niñas y niños privados de un entorno familiar.
Ante situación recomendó al gobierno de Enrique Peña Nieto adoptar nuevas políticas para dar apoyo a las familias en el cumplimiento de sus responsabilidades parentales, con el fin de asegurar de manera efectiva que niñas y niños no sean separados de sus familias por razones de pobreza o financieras.
Asimismo se dijo preocupado por el hecho de que “cientos de miles de niñas y niños, a veces de tan sólo cinco años de edad, continúan trabajando y un alto porcentaje de ellos está involucrado en las peores formas de trabajo infantil, como la minería y la agricultura, y/o no reciben ningún salario”.
La ONU manifestó su preocupación por la falta de acceso a educación de calidad. Foto: Cuartoscuro.
La ONU manifestó su preocupación por la falta de acceso a educación de calidad. Foto: Cuartoscuro.
Alertó por las medidas adoptadas las cuales han sido insuficientes para abordar el trabajo infantil doméstico que afecta especialmente a las niñas, así como la participación de niñas y niños en la agricultura que afecta especialmente a la infancia trabajadora agrícola-migrante.
Para hacer frente a esta situación, exhortó al gobierno a fortalecer su sistema de inspección y a aplicarlo de forma efectiva con sanciones para aquellos que explotan económicamente y abusan de niñas y niños, “incluidos los que trabajan como mendigos, en el trabajo doméstico, remunerado y no remunerado, y en la agricultura”.
El Comité también denunció el que millones de niñas y niños de 3 a 17 años no asistan a la escuela, así como los altos índices de deserción escolar que afectan, en particular, a estudiantes de nivel secundaria, adolescentes embarazadas y madres adolescentes.
Por ello pidió al Estado mexicano intensificar esfuerzos para mejorar la calidad de la enseñanza y su disponibilidad y accesibilidad en particular para las niñas, niñas y niños indígenas, afromexicanos, desplazados, de zonas rurales, que viven en pobreza y en situación de calle.
Lo ONU manifestó además su preocupación de que niños de hasta seis años de edad puedan permanecer con sus madres en prisión. Por ello instó al Estado mexicano a que considere todas las posibles alternativas a la privación de la libertad de las madres.
“También debe completar la revisión de los lineamientos relacionados con niñas y niños que viven con sus madres en prisión y que los implemente de manera efectiva para asegurar que sus condiciones de vida, incluyendo el acceso a alimentos, salud, higiene y educación, sean los adecuados para el desarrollo físico, mental, moral y social de niñas y niños, y que sean protegidos de todo tipo de violencia”, mencionó.
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