Provocan redes sociales el 80% de los casos de bullying

  • Al menos 40% de alumnos de educación básica han padecido algún tipo de violencia
  • Afinan en la Cámara de Diputados una iniciativa que tipifica el ciberacoso como delito

Emma es una estudiante de preparatoria como cualquier otra. Un día, en una conversación por WhatsApp con su mejor amiga, Mónica, confiesa que le atrae un chico de su clase, aun cuando éste tiene novia. Es tal el nivel de confianza e intimidad con su amiga, que hasta se anima a enviarle, vía teléfono móvil, algunas fotografías sexys.

Lo que Emma nunca pensó fue que su amiga la traicionaría, sólo porque le arrebató el primer lugar de aprovechamiento. La conversación y las imágenes fueron difundidas por Mónica en las redes sociales, generando que Emma fuera víctima de ciberbullying por compañeros y maestros, quienes la calificaron de zorra robanovios.

Esta es la trama de la obra de teatro Ciber@coso. ¿Hasta dónde te puede llevar tu siguiente click?, que forma parte de la campaña #YoLoBorro, pero es una historia que no se aleja de la realidad de miles de adolescentes de México y del mundo que día tras día padecen acoso escolar, el cual, en muchas ocasiones, es aplicado mediante las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), convirtiéndose en acoso cibernético.

El objetivo de la campaña, lanzada en septiembre del año pasado, es promover el uso adecuado y responsable de las TIC, así como generar conciencia entre la sociedad –en particular entre jóvenes y adolescentes– en torno a ese problema para evitar situaciones de acoso y violencia, pues se calcula que el ciberbullying afecta a 12 por ciento de niños y jóvenes de 12 a 17 años en el país.

La campaña es coordinada por el Foro Consultivo, Científico y Tecnológico (FCCT). Originalmente fue convocada por las comisiones unidas de Ciencia y Tecnología del Senado y de la Cámara de Diputados. A ésta también se han sumado instituciones como la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y algunos sectores empresariales.

La obra fue presentada ayer en el Museo de las Ciencias Universum, de la UNAM. Al finalizar hubo una charla, en la cual se dijo que para enfrentar ese problema se requieren soluciones multifactoriales que lleguen a la conciencia de las personas para que eviten la reproducción de ese tipo de violencia.

Uno de los principales mensajes de la representación es que una vez que mandas un mensaje, fotografía o información por las redes sociales pierdes el control absoluto sobre los mismos.

Datos oficiales revelan que en México alrededor de 13 millones de usuarios de Internet tienen entre 12 y 18 años de edad, y todos pueden padecer algún tipo de acoso o maltrato mediante las TIC. Las cifras indican que 40 por ciento de estudiantes de educación básica han sufrido algún tipo de violencia por sus compañeros. También se calcula que del total de casos de bullying, 80 por ciento se aplica en redes sociales y otras plataformas de las TIC.

Durante el debate varios estudiantes de secundaria, quienes fueron invitados a la presentación de la obra, apuntaron que muchos de sus compañeros podrían sentirse identificados con la obra. Nos refleja, hay muchos que pasan por estos problemas, expresó una adolescente. Otra joven tomó el micrófono y a punto del llanto aseveró que la obra era prácticamente una narración de su paso por la preparatoria.

El presidente de la Comisión de Ciencia y Tecnología de la Cámara de Diputados, Rubén Félix Hays, indicó que se trabaja en una iniciativa para tipificar el ciberbullying como delito, para que quien incurra en éste sea sancionado.

El coordinador del FCCT, José Franco, dijo que más allá de criminalizar a los agresores –quienes de acuerdo con especialistas también son víctimas–, #YoLoBorro pretende realizar una campaña masiva en los medios de información para que entre la ciudadanía se genere una apropiación del conocimiento y con ello se pueda erradicar el fenómeno.

La idea de #YoLoBorro es que cuando una persona, en particular un adolescente, se encuentre con un video, correo electrónico, fotografía, conversación o cualquier otro elemento que a través de las TIC agreda sicológica o físicamente a una persona, en lugar de dar un me gusta y compartirlo lo elimine.

La Jornada