Retrato del mexicano: 5 millones de niños y 71% de adultos, con sobrepeso y obesidad

En México hay 5 millones de niños con sobrepeso y obesidad, de acuerdo con datos exhibidos en la conferencia “Obesidad, un problema prioritario de salud pública: determinantes genéticos y ambientales” del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP).

Esta enfermedad temprana les da 34.4 y 20 por ciento más probabilidades, respectivamente, de continuar con este padecimiento y desarrollar síndrome metabólico cuando sean adultos.

“El problema empieza desde la niñez, y debe ser tomado en cuenta. Por ejemplo, con los desayunos de los niños”, dijo la investigadora del INSP, Ana Isabel Burguete García.

De acuerdo con la investigadora, tanto una dieta desbalanceada como mandar a los niños en ayuno a estudiar, provocan efectos adversos si se quiere combatir la obesidad, ya que se reducen los aportes de nutrientes y desacelera el organismo.

En el caso de los adultos las cifras tampoco son alentadoras, el 71.3 por ciento de los mexicanos tienen sobrepeso u obesidad. En esta población la prevalencia de algunas enfermedades relacionadas es considerable, como es el caso de la diabetes, hipertensión y síndrome metabólico, con 9.2, 31.5 y 34 por ciento, respectivamente.

“La obesidad es una enfermedad inflamatoria crónica, que se caracteriza por el exceso de grasa en el organismo, no es sólo este aumento de tamaño, sino exceso de masa grasa en relación a su edad y género”, dijo Burguete García.

Durante su exposición llevada a cabo en la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), la investigadora dijo que estudios recientes sugieren la relevancia que tiene la microbiota intestinal, una serie de microorganismos, para reducir la obesidad.

“[la microbiota] participa como mediador y aumenta la habilidad del hospedero para conseguir calorías de la dieta”, dijo.

Un estudio del INSP determinó que tener una dieta balanceada es fundamental, ya que la interacción entre la microbiota, el alto contenido en grasas y carbohidratos incrementa la presencia de obesidad.

El cuerpo cuenta con 10 veces más de dichas bacterias intestinales que células. Éstas ayudan a la extracción de energía, fortalecer la inmunidad de las células intestinales y sintetizar las vitaminas y el ácido fólico, entre otras funciones.

GENÉTICA CONTRA HÁBITOS

Hay 430 genes asociados a la obesidad humana. Sin embargo, la doctora Burguete rescató que independientemente de las condiciones con las que hayamos nacido, la dieta juega un papel crucial para combatir la obesidad.

“La carga genética es un factor con el que nacemos y no modificable. Pero afortunadamente también la microbiota es un factor modificable, y eso es a partir de la dieta”, dijo.

En este sentido sustituir las grasas saturadas por proteínas es un punto clave, dijo la experta. Dichas grasas mandan una señal permisiva en el cerebro, induciendo a las personas a comer más.

Caso contrario a las proteínas, estas grasas “en el hipotálamo bloquean la saciedad, y mantienen estimulado solamente el apetito. Entonces, voy a consumir más de este tipo de alimentos, voy a tener un sobreconsumo de grasas, la cual se va ir acumulando en mi tejido graso y voy a tener obesidad”, explicó.

DIETA

dieta

Una dieta balanceada conlleva pan y cereal integral, verduras, frutas, legumbres y proteína.

Los carbohidratos dan la suficiente energía para evitar que se activen los mecanismos de tejido adiposo en el cuerpo y aumentan la serotonina en el cerebro, que brinda una sensación de bienestar y saciedad.

Según la doctora Burguete, investigaciones han demostrado que las personas delgadas tienen niveles más altos de serotonina, que aquellos con problemas de obesidad. Lo que explicaría el comportamiento del hambre, y la importancia de hacer un desayuno saludable.

Durante la exposición hecha en la UANL, Burguete resaltó que factores externos han alterado la dieta de los mexicanos con el paso de los años.

Entre estos se cuenta la publicidad, globalización y los tratados internacionales, los cuales estuvieron caracterizados por incrementar la inclusión de altas grasas, las grasas saturadas, harinas refinadas y propiciar la disminución de los granos. Sin descartar la disminución de la promoción del ejercicio.

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