Hace poco, Mauricio Montes fue parte de una lista de invitados a una fiesta muy especial a la que no podía faltar a pesar de la pandemia, aunque las autoridades recomendaron guardar distancia, evitar reuniones sociales; de los cientos y cientos de contagios de coronavirus en el país y el mundo.
—Eran los XV años de mi hermana — cuenta.
Fue en Tequesquitengo, un sitio de recreación muy popular entre las clases media y media alta de la Ciudad de México debido a su cercanía (a una hora en automóvil) y porque se suelen tener o rentar casas con piscina o jardines o ambas cosas para pasar el fin de semana o para celebraciones de todo tipo como la que tuvieron los Montes con unas 70 personas.
Durante tres días se centraron en celebrar la vida con más gusto que miedo por la COVID-19.
Conforme iban llegando los invitados, Mauricio Montes, se sintió un poco preocupado. “Ninguno lleva mascarilla”, pensó. Excepto los abuelos que se fueron arrinconando de un lugar a otro hasta que quedaron un poco aislados y resignados a cumplir con la obligación familiar.
Pero pronto se le olvidó a Mauricio Montes el estrés de un posible contagio. Hacía tiempo que le pasaba eso, quizás por las distracciones comunes en un adolescente de 17 años, que si el amigo, que si la escuela, las calificaciones. O quizás sólo como una forma de evadir la realidad.
Números más, números menos, hay alrededor de más de un millón de contagios a nivel nacional y cada día se suman unas 250 defunciones a los más de 100,000 muertos que reconocen oficialmente las autoridades.
En la capital mexicana, la Secretaría de Salud informó que en un solo día se detectaron más de 1, 200 casos positivos de COVID-19, sólo mediante pruebas rápidas de antígenos, y la alcaldesa Sheinbaum culpó a las fiestas familiares del incremento de los contagios por lo que impuso una ley seca a partir de noviembre.
La fiesta de XV Años de los Montes se logró porque fue antes de esta ley, aunque de todos modos hubiera podido realizarse porque fue en el vecino estado de Morelos cuyas restricciones no coinciden con las de la capital mexicana.
Hubo mariachi, pastel, cortes de carne, hamburguesas para los niños, hotdogs y mucho alcohol. Vodka, tequila, piñas coladas, carajillos de café con ron, vino. Comenzó un jueves y terminó el domingo temprano después de múltiples bailes de reguetón, salsa, electrónica sobre una pequeña pista donde todos estaban “pegaditos”.
Amigos, quinceañera, tíos, primos, cuñados, concuños, padres, hijos… Todos en una comunión de riesgo. “Cuando estás en la fiesta se te olvida el coronavirus”, concluyó Mauricio Montes.
Números más, números menos, hay alrededor de más de un millón de contagios a nivel nacional y cada día se suman unas 250 defunciones a los más de 100,000 muertos que reconocen oficialmente las autoridades.
En la capital mexicana, la Secretaría de Salud informó que en un solo día se detectaron más de 1, 200 casos positivos de COVID-19, sólo mediante pruebas rápidas de antígenos, y la alcaldesa Sheinbaum culpó a las fiestas familiares del incremento de los contagios por lo que impuso una ley seca a partir de noviembre.
La fiesta de XV Años de los Montes se logró porque fue antes de esta ley, aunque de todos modos hubiera podido realizarse porque fue en el vecino estado de Morelos cuyas restricciones no coinciden con las de la capital mexicana.
Hubo mariachi, pastel, cortes de carne, hamburguesas para los niños, hotdogs y mucho alcohol. Vodka, tequila, piñas coladas, carajillos de café con ron, vino. Comenzó un jueves y terminó el domingo temprano después de múltiples bailes de reguetón, salsa, electrónica sobre una pequeña pista donde todos estaban “pegaditos”.
Amigos, quinceañera, tíos, primos, cuñados, concuños, padres, hijos… Todos en una comunión de riesgo. “Cuando estás en la fiesta se te olvida el coronavirus”, concluyó Mauricio Montes.
Fuente: Sin Embargo
Source: Mexico