La crisis que vive Colombia es resultado de una serie de factores políticos y sociales que han convertido al país sudamericano en un caldo de cultivo para la violencia, alertaron analistas internacionales.
Masivas protestas han paralizado las principales ciudades colombianas desde el pasado 28 de abril en rechazo a las políticas del presidente Iván Duque, quien fue blanco de un atentado el pasado viernes durante un viaje en helicóptero.
Lo que comenzó como una protesta contra una frustrada alza de impuestos en pleno pico de la pandemia devino en un movimiento popular, que exige una reforma de la policía y un Estado más solidario para lidiar con los estragos económicos que dejó el coronavirus, que elevó la pobreza del 37% al 42% de la población.
Todo se resume en un tema de falta de autoridad y de gobernabilidad”, consideró Sara Quintero, catedrática en el Escuela Militar de Cadetes, José María Córdova, durante el foro ‘Análisis de la situación en Colombia’ organizado por la UDLAP Jenkins Graduate School.
En casi dos meses han muerto al menos 60 personas en el marco de las manifestaciones.
Quintero advirtió que hay intereses políticos ajenos a la lucha social que están agravando la polarización del país.
Vemos que se acentúa la cooptación de jóvenes sin oportunidades que se suman a las protestas en la calle, con o sin estudios, provocando que algunos actores políticos se aprovechen de este caldo de cultivo logrando que el paro nacional de extienda en el tiempo”, expresó la especialista.
Por su parte, German Sahid Garnica, docente de la Universidad del Rosario y Escuela de Guerra de Colombia, enfatizó que la pobreza, agudizada por la pandemia de covid-19, es otra de las causas del descontento ciudadano.
El descontento ciudadano viene en parte de la frustración generada por la pandemia, que trajo más desempleo, más pobreza”, opinó, Garnica.
Además, estimó Quintero, se está presentando el fenómeno de “hibridación entre criminalidad y política”.
Vemos que se acentúa la coptación de jóvenes sin oportunidades que se suman a las protestas en la calle, con o sin estudios, provocando que algunos actores políticos se aprovechen de este caldo de cultivo logrando que el paro nacional de extienda en el tiempo”, declaró.
Ambos expertos coincidieron en que la falta de una ley de seguridad nacional en Colombia está propiciando abusos contra los manifestantes por parte de las fuerzas de seguridad.
La ONU, Estados Unidos y varias ONG’s internacionales han denunciado un uso desproporcionado de la fuerza por parte de uniformados en las protestas.
La policía es nacional, pero depende del Ministerio de Defensa. Esto no evita que la policía se vuela monopólica y caiga en malos comportamientos. Y a veces no se sabe a quién obedece la policía, a la presidencia, a las alcaldías o al Ministerio de Defensa, lo que genera caos que aprovechan las guerrillas, los paramilitares y los narcos”, comentó Garnica.
Fuente: Excélsior
Source: Mundo