De acuerdo con expertos en psicología, el verano es la estación del año en que la actividad sexual entre adolescentes aumenta considerablemente, y según los profesionales esto se debe a que las reglas se relajan.
Los papás ejercen menos presión a sus hijos porque no tienen que cumplir con un horario, ni tareas escolares y, por ende, los jóvenes se sienten liberados porque tienen más tiempo libre para estar con los amigos.
Además, el clima tiene fuerte influencia en la actividad sexual de los chicos, porque hay más luz solar, calor y humedad, elementos que modifican los ritmos hormonales y producen una mayor estimulación sexual, así lo explicó la doctora Claudia Sotelo Arias, directora del Centro de Especialización de Estudios Psicológicos en la Infancia.
“En esta época se intensifican las actividades grupales entre los adolescentes; lo más importante son los amigos y eso los lleva a realizar cosas que no harían en otra temporada del año. Por un lado hay diversión y, ¿por qué no?, aprendizaje de vida, pero de igual modo muchos riesgos y el sexo no es la excepción”, comentó.
Sotelo aseguró que es en el verano cuando los adolescentes se sienten más deshinibidos y, por tanto, quieren satisfacer todos sus sentidos. “No sólo es el sexo. Aquí vienen las prácticas y los riesgos colaterales, como el abuso del alcohol y el uso de las drogas. Sabemos que en esta época hay más accidentes derivados de ello. Esto conlleva a riesgos que van desde embarazos no deseados, abuso de anticonceptivos (como la píldora del día después), enfermedades de transmisión sexual e incluso violaciones o abuso sexual”, explicó.
Todo parece indicar que este comportamiento tiene sus orígenes en la poca comunicación que existe entre el adolescente y sus padres, y no sólo en la etapa de la adolescencia, sino que es un problema que se arrastra desde la infancia, es por ello que los chicos buscan a los amigos con las satisfacciones inmediatas que puedan obtener.
Aunque el panorama no es nada alentador, la psicóloga también dio algunas recomendaciones a los padres que se enfrentan a tener adolescentes en casa este verano.
Lo primero, y aunque suene a “aguafiestas”, es que, aunque son vacaciones, debe haber reglas y se tienen que respetar.
Es indispensable que se establezcan horarios, porque el hogar no es un hotel. Aunque a veces cueste trabajo, es un hecho que los padres deben aprender a decir no, cuando se sabe que existe un riesgo y, además, deben sostener su dicho para que se establezca dónde está la autoridad.
También es importante llevar a cabo actividades familiares en las que de verdad exista la convivencia y hasta es conveniente invitar a los amigos de sus hijos, porque es indispensable el conocer con quién se juntan para saber en qué se pueden involucrar.
Finalmente, la experta recomienda primordialmente hablar de sexo con los chicos, comentar con ellos los riesgos y responsabilidades que implica esto, escuchar lo que tengan que decir, así como resolver sus dudas de la manera más sencilla.