Cada vez que el mandamás de la Auditoría Superior del Estado, Héctor Acosta Félix, se deja ver en los pasillos de Palacio de Gobierno, varios personajes de la (des)administración pasada que encabeza Javier Corral, tiemblan, o al menos eso deberían hacer. Pues no es un secreto que el Auditor trae lupa, garras y colmillos encima de las cuentas públicas que dejaron los corralistas, todas como un reflejo del caos administrativo que reinó durante los cinco años de ese desgobierno. Es así que ayer, en plena Semana Mayor y antes de tomarse los días de guardar correspondientes, Acosta Félix acudió a Palacio de Gobierno, en donde ya lo estaban esperando el coordinador del Gabinete estatal, Luis Serrato, y en una de esas también el secretario General de Gobierno, César Jáuregui Moreno, quienes ayer todavía acudieron a sus respectivas oficinas en la casa de cantera. ¿Será que sí se vienen los ramalazos contra Corral apenas y concluya Semana Santa?
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Ahora que los diputados locales andan con la idea de sendas reformas a la Constitución Política del Estado, el que trae una bastante elaborada que modificaría al Poder Judicial hasta sus cimientos, es el coordinador de la bancada del PAN en el Congreso del Estado, Mario Vázquez, con la que pretende desterrar los ecos que quedaron , y dejaron, la mancuerna entre el exgobernador Javier Corral y la exconsejera de la Judicatura, Lucha Castro, los cuales dejaron una estela de terror en el edificio de la Ciudad Judicial.
Los malosos nos dicen que entre lo interesante de la propuesta de Mario Vázquez está la de modificar la selección de magistraturas, al plantearse la creación de una comisión plural que participe en la selección de ternas de las personas aspirantes a ocupar las vacantes, en donde los Tres Poderes estarían más inmiscuidos, además, también resalta la propuesta de que para ser president@ del Tribunal Superior de Justicia se requeriría mayor antigüedad, es decir, de cinco a siete años en esos menesteres leguleyos.
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Tanto se ha hablado de la revocación de mandato y los resultados para Andrés Manuel López Obrador, que pocos se han detenido a analizar el impacto y lo que dejó en Chihuahua ese ejercicio de egocentrismo disfrazado de democracia participativa: en el estado, Morena nomás no logra despuntar y cuando parece que lo hará, queda demostrado que la tendencia es a la baja. Y es que en las elecciones del 2018, cuando el fenómeno AMLO y las esperanzas puestas en un personaje que tenía todas las soluciones, es decir, antes de que gobernara, López Obrador y la coalición que lo postuló obtuvieron más de 643 mil votos, en el 2021, durante el proceso electoral para renovar la gubernatura y en la que no sólo traían el apoyo de la maquinaria federal, sino también estatal, con Javier Corral apoyando a Juan Carlos Loera con toda su enjundia, Morena y aliados se llevaron más de 463 mil sufragios, mientras que ahora, en la jornada de revocación de mandato y con AMLO otra vez como la cara visible, en Chihuahua lograron 308 mil votos para que el tabasqueño se quedara. Si eso no es retroceso, entonces hay que contar al revés, como todo lo que hace la 4T.
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Tal parece que el alzar la voz sirvió y mucho para los gobernadores fronterizos del lado mexicano, pues ayer, su homólogo texano, Greg Abbott, luego de poner de cabeza el comercio en ambos lados de la frontera, firmó un acuerdo con el gobernador de Nuevo León, Samuel García, para suspender las inspecciones a transportistas, mismas que retrasaron durante horas el cruce y provocaron millones de dólares en pérdidas, sin embargo, tras la firma, el texano mostró apertura y afirmó que espera lograr algo similar con los mandatarios de Coahuila, Tamaulipas y Chihuahua, es decir, con la gobernadora Maru Campos, por lo que no se descarta que en las próximas horas o días, la Góber alcance esa firma que permita destrabar el comercio binacional en la extensa frontera que Chihuahua comparte con Texas.
Source: Columna