En otro intento por consolidar su legado, Barack Obama decidió ayer convertirse en el primer presidente de Estados Unidos que visita una prisión federal, la de El Reno, en Oklahoma, para escuchar de los presos, los problemas de sobrepoblación, hacinamiento y trato desigual que sufren.
En mangas de camisa, Obama recorrió los mismos pasillos que han sido la trampa de millones de marginados, de jóvenes que purgan condena por haber tropezado con la famosa ley de las “tres faltas” menores que pueden traducirse en penas de más de 25 años.
Obama afirmó que “por la gracia de Dios”, muchos jóvenes negros, como él mismo, no terminaron en una cárcel como esa. Aludió así a las veces que se fumó un cigarro de mariguana o probó cocaína, una falta que en algunos casos ha sido suficiente para incriminar y encarcelar a un adolescente negro o hispano.
“Cuando ellos describen cómo fue su juventud y su infancia, es evidente que se trata de personas jóvenes que cometieron errores, pero que no son tan diferentes de los errores que yo cometí o los errores que muchos de ustedes han tenido”, aseguró Obama. “La diferencia es que ellos no tienen el tipo de estructuras de apoyo, o las segundas oportunidades, o los recursos que les permitan sobreponerse a esos errores”, añadió.
“Creo que esto es algo sobre lo que tenemos que reflexionar”, añadió, en alusión al llamado que ha hecho a demócratas y republicanos para que saquen adelante una reforma del sistema judicial que evite que las minorías negra o hispana sigan siendo la cabeza de turco de un sistema judicial y carcelario que ha hecho crisis y que cuesta a las arcas federales poco más de 80 mil millones de dólares al año.
Con una población que representa el 5% del total mundial, EU tiene en su haber 25% de la población carcelaria. Y a pesar de que las minorías negra e hispana representan poco más del 25% de la población total en la Unión Americana, 58% de la población carcelaria pertenece a estas dos minorías. “No podemos seguir así. Tenemos que hacer algo al respecto”, subrayó Obama, quien el lunes pasado redujo las sentencias de 46 prisioneros no violentos.
En un acto no menos insólito, el ex presidente Bill Clinton reconoció que las reformas judiciales que aprobó en 1994 (como la de las tres faltas menores consecutivas) son hoy parte del problema en las cárceles de EU. “Firmé una ley que hizo que las cosas se pusieran peor. Y hoy tengo que admitirlo”, dijo.
“El problema es que, en la década de los 80 y 90, se creyó que apostar por reformas que endurecieran las penas iba a reducir el índice de violencia y delitos. En un primer momento esto funcionó. Pero a la larga generó esta crisis que hoy es insostenible”, consideró Steven Raphael, de la Universidad Berkley, en California.
“Hoy tenemos suficiente evidencia de investigación que sugiere que mientras más elevada sea la tasa de encarcelamiento, su eficacia como una herramienta de control de la delincuencia disminuye”, concluyó.
UN MODELO CARCELARIO DISPAR
*El Buró Federal de Cárceles de Estados Unidos, con datos hasta junio de 2015, indica que los negros (13.2% de la población) representan 37.5% de los encarcelados; los asiáticos (5.3% de la población) 1.5%; los nativos estadounidenses (1.3% de la población) 1.9% y los blancos (62.6% de la población) 59%.
*Los hispanos representan el 17.1% de la población y el 21.9% de los encarcelados.
*De acuerdo con el Censo, a nivel nacional los negros son encarcelados cinco veces más que los blancos, y los hispanos tienen casi dos veces más probabilidades de terminar en prisión que los blancos.
*Los afroestadounidenses constituyen casi un 1 millón de los 2.3 millones en prisión. Uno de cada seis negros ha sido encarcelado desde 2001 y uno de cada 100 afroestadounidenses está tras las rejas.
*De 1980 a 2008, el número de presos en EU se cuadruplicó al pasar de 500 mil a 2.3 millones de personas, según la National Association for the Advancement of Colored People (Asociación Nacional para el Progreso de la Gente de Color, NAACP).
*El país concentra 25% de los presos del mundo, tasa cuatro veces más alta que la de China y superior a la de los 35 países más importantes de Europa.
*En cuanto a los presos sentenciados a cadena perpetua, Sentencing Project, con datos hasta 2012, revela que 34.7% son blancos, 47.2% son negros y 16% son latinos.
Fuente: NAACP/Buró Federal de Prisiones/Sentencing Project/Censo de EU.