Aunque en su momento hasta pidieron no culpar del todo a la 4T y al gobierno federal de lo que sucedió en Ciudad Juárez aquel jueves 11 de agosto, tal parece que el Consejo Coordinador Empresarial en Chihuahua y su líder, Federico Baeza Mares, están cambiando de opinión, y es que la reciente alerta de viaje que lanzó Estados Unidos y que no alcanzó a Chihuahua, por el momento, puso a los empresarios con los pelos de punta, a sabiendas de que si la narcoviolencia continúa haciendo de las suyas en Ciudad Juárez y otras regiones del estado, con la 4T siendo la mayor alcahuete de los criminales, el vecino país no tardará en incluir al estado dentro de esas alertas y entonces sí, el golpe económico sería tremendo, pues de nueva cuenta las inversiones e incluso el turismo se vería afectado, así que a pesar de que en su momento, el CCE hasta se puso del lado del gobierno federal, ahora ya se dieron cuenta que lo único que le importa a la Federación es continuar con la estrategia de abrazos, no balazos.
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Y si de la violencia en Juárez se trata, este fin de semana ocurrió una renuncia que debería haber sido presentada desde hace días, pero que en la Fiscalía General del Estado no se habían tomado cartas en el asunto, hasta que Andrés Manuel López Obrador reclamó lo raro que se le hizo que los custodios del CERESO 3 impidieran el acceso a elementos del Ejército Mexicano y de la Guardia Nacional, lo que desencadenó una investigación que ya se llevó entre las patas al director de ese penal, Francisco Delgado Soto, cuya renuncia fue presentada el viernes.
Pero esa no fue la única renuncia que se presentó en el Gobierno del Estado, también se fue Ricardo Tuda de la Dirección de Transporte, luego de una fuerte confrontación entre él y el secretario General de Gobierno, César Jáuregui Moreno, quien se dio cuenta que Tuda nomás no traía el colmillo para lidiar con los concesionarios del transporte público, quienes un día sí y el otro también presionan para que el Estado les autorice un aumento al pasaje, lo que de plano ha sido negado, pues el servicio que ofrecen no está para cumplirles sus berrinches.
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Nada para nadie en Morena. O más bien todo quedó balanceado entre las dos tribus que se han venido disputando a ese partido político desde hace meses, hablamos de los grupos del alcalde de Ciudad Juárez, Cruz Pérez Cuéllar y el súper delegado Juan Carlos Loera, y es que tras la instalación del Consejo Estatal morenista, que por cierto quedó a cargo de Hugo González, la dirigencia estatal se dividió para ambas tribus: Brighite Granados como sucesora de Martín Chaparro y Omar Holguín, crucista de cepa, se quedó con la Secretaría General, en una operación que buscó no dejar más resquebrado el partido y que fuera bueno para ambos, al menos en esa tesitura se lanzaron los dados.
La principal operadora fue ni más ni menos que Ariadna Montiel, la secretaria del Bienestar que hizo de Chihuahua capital su centro de operaciones desde antes del sábado, desde donde tejió para que Brighite, la sobrina de su amigazo Loera de la Rosa, se quedara con la dirigencia estatal, pues es ella quien realmente opera y es la jefa de los llamados loeristas, que deberían ser renombrados como montielistas, que es lo que de verdad son, por lo que al concluir la renovación del Comité Ejecutivo Estatal de los morenos, Ariadna y Loera se trasladaron a Sonora, en donde se toparon con Andrés Manuel López Obrador, quien prometió que en máximo cuatro meses visitará Chihuahua.
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El que salió raspado y más le valía no soltar la lengua, aunque es lo único que realmente sabe hacer, es el exgobernador Javier Corral, quien ocurrente, e indolente como es, se atrevió a criticar la construcción de la Torre Centinela por parte del Gobierno del Estado que encabeza la gobernadora Maru Campos, pero más tardó en hacerlo que los internautas en reclamarle que se mordió la lengua, además de recordarle sus obras fallidas en Ciudad Juárez, que para lo único que sirvieron fue para destrozar las calles de la fronteriza ciudad, y eso a los juarenses no se les olvida. Así las cosas con don Javier, el señor que se cree perfecto, pero que afortunadamente los que sí tienen memoria le recuerdan a cada rato que es todo lo contrario.
Source: Columna