La miopía, astigmatismo e hipermetropía son los trastornos de la visión más comunes en la población adulta e infantil, que pueden afectar el desempeño escolar y laboral, así como reducir la capacidad y habilidad para realizar otro tipo de actividades, señaló la doctora Brenda López Almaral, oftalmóloga del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), en Chihuahua.
La especialista, recomendó a los padres de familia mantener estrecha vigilancia en la salud visual de sus hijos y como medida preventiva, resaltó la importancia de realizarles una prueba de agudeza visual desde pequeños, a fin de descartar y en su caso corregir oportunamente mediante el uso de anteojos cualquiera de estos problemas; la edad ideal para revisar al niño es entre los cinco y seis años, agregó.
Detallando los distintos padecimientos, el médico explicó que la miopía no permite que las personas vean bien de lejos pero si de cerca; el astigmatismo permite ver bien de lejos, más no de cerca; y la hipermetropía es un error en la refracción ocular que no permite enfocar bien las imágenes.
Al detectar a tiempo algún problema en la vista del pequeño, se pueden evitar problemas de aprendizaje ó desinterés en las clases, pues al no poder ver claramente se le dificulta percibir lo que se les explica en el pizarrón y en consecuencia obtienen bajas calificaciones.
A veces el pequeño no se da cuenta o no da a conocer su limitación por vergüenza, y en la escuela los pueden catalogar como el que no aprende o no entiende, pero esto no obedece a deficiencias intelectuales sino a que su visión limitada le impide desempeñarse igual que sus compañeros de clase; por esta causa el niño pudiera presentar también otros problemas de tipo emocional, agregó.
La doctora señaló que existen algunos signos de sospecha que indican que el niño tiene algún problema visual: Esto puede ser si con frecuencia se frota los ojos o se le ponen rojos, se acerca mucho al cuaderno, libro ó televisión, cuando escribe mal o no sigue la línea, copia mal las tareas de la escuela, cambia letras como la “e” por “c”, “b” por “d” etc., conducta que en ocasiones confunden con dislexia.
Si alguna de las manifestaciones mencionadas son muy notorias, se recomienda llevar al niño a una revisión para detectar a tiempo si existe algún trastorno y atenderlo, pues conforme avance la edad disminuye la posibilidad de recuperar la nitidez visual aun utilizando anteojos.
El Seguro Social a través de las Unidades de Medicina Familiar (UMF) brinda el servicio de optometría al derechohabiente, en donde puede ser valorado para prescribirle la graduación de los lentes y de requerir alguna otra observación más específica, le canalizarán con el especialista. Es precisamente esta temporada de vacaciones una excelente oportunidad para acudir con sus pequeños a una valoración visual, externó la oftalmóloga.
En el caso de los niños que aún no saben leer, también existe la posibilidad de evaluarlos, utilizando figuras, si bien los niños de edad preescolar tienen cierto grado de hipermetropía, esta desaparece aproximadamente a los seis años.
Una vez que son adaptados los lentes, es importante acudir cada año a revisión, con el fin de corroborar si se continúa con la misma graduación, ha aumentado o en el mejor de los casos disminuido, y así adaptar los anteojos para que se permita una mejor visión.
Por su naturaleza inquieta, los niños brincan, corren, saltan, juegan, etcétera, por lo que el Seguro Social recomienda el uso de armazones económicos a fin de que si se rompen, pueda sustituirlos con facilidad así como añadirles correas sujetadoras para evitar que se les caigan y así reducir en lo posible los gastos que una reposición.