Es cierto que tener frente a sí una playa cristalina, sol y una tabla de surf puede generar en más de uno el deseo de retar a la muerte, informó la Agencia Reforma
Tal fue el caso del surfista hawaiano Jamie O’Brien quien, para dejar registro de las suertes que realiza en el agua, ideó prenderse fuego mientras domaba una colosal ola.
Para documentar su hazaña, el deportista recurrió al equipo de Red Bull para filmar su singular travesía.
“Fui a Red Bull y dije: ‘quiero iluminarme a mí mismo con el fuego'”, narró al diario británico The Mirror.
El temerario viaje resultó un éxito y de acuerdo con O’Brien la experiencia le generó la mayor descarga de adrenalina de su vida.
“Cogí la mejor ola de mi vida. Era una ola de ensueño. Yo estaba en llamas”, expresó.
Aunque estuvo rodeado del mejor equipo de seguridad, el surfista no salió del todo ileso ya que se quemó una ceja.