El presidente de la Comisión Bicamaral del Sistema de Bibliotecas del Congreso de la Unión, Fernando Rodríguez Doval (PAN), aseguró que la próxima reforma educativa que llegue a realizarse debe ser a la calidad de los contenidos académicos y su adecuada enseñanza, y al uso pedagógico de las nuevas tecnologías.
“En esta legislatura hicimos una reforma muy profunda para que el Estado recuperara la rectoría de la educación; la siguiente reforma tiene que mejorar la calidad de los programas y los métodos pedagógicos”, sostuvo.
En entrevista, el legislador mencionó que los cambios futuros también deberán considerar, con la mayor seriedad, la incorporación de las tecnologías de la información, para que los niños, independientemente de si están en una escuela pública, privada, o en una zona urbana o rural, accedan de manera real a los nuevos esquemas de aprendizaje y subsanen las deficiencias que “hoy existen en el modelo educativo”.
“Se ha pensado que las nuevas tecnologías tienen un aspecto lúdico, pero también pedagógico, el cual debe ser descubierto por los padres de familia”, abundó.
Subrayó que estos últimos adquieren o compran las nuevas tecnologías como un medio de diversión o entretenimiento, sin que implique un aprendizaje para los menores, a pesar de la profundidad de los contenidos existentes. “Es muy importante que desde la propia escuela se haga un esfuerzo con esa nueva cultura”, recomendó.
Dijo que a pesar de haber incorporado a los padres de familia en la pasada reforma constitucional en materia educativa, como partícipes de los contenidos, en la práctica no se ha llevado de manera correcta.
“Sigue siendo un gran pendiente en nuestro sistema educativo incorporar más a la sociedad y señaladamente a los padres de familia”, expresó.
Lamentó que la población mexicana -no solamente los niños- lea menos libros, “porque ahora están más preocupados por lo inmediato”, como son las redes sociales, chats, aplicaciones y el Internet en general, por lo que se manifestó a favor de realizar un nuevo esfuerzo para recuperar el hábito de la lectura.
Consideró a las redes sociales y al uso inadecuado de las nuevas tecnologías como responsables de la mala ortografía de los alumnos, quienes, explicó, han gozado la simplificación de la vida cotidiana.
“Muchas veces se entiende esa simplificación como la licencia para escribir de manera inadecuada, para abreviar tiempo y palabras, y eso nos ha llevado en efecto a una ortografía señaladamente peor a la que había en generaciones anteriores”, aseguró.
Por lo anterior, Rodríguez Doval planteó que el Legislativo de un seguimiento detallado y una auténtica fiscalización para conocer lo que se está haciendo desde el gobierno federal, para promover la lectura y la correcta ortografía, así como para revisar qué se puede mejorar desde los marcos legales correspondientes.
“El Congreso de la Unión tiene que seguir promoviendo la difusión de la cultura desde su propio ámbito”, puntualizó.