Un agente del Ministerio Público de la Fiscalía General del Estado de Jalisco (FGE) fue grabado mientras tortura a dos menores de edad, a quienes humilla, abofetea y da golpes en el pecho, publicó Sin Embargo.
El video viene de una segunda persona, al parecer también servidor público. El periodista Leonardo Schwebel compartió a través de su cuenta de la red social Facebook el documento, que ya ha causado fuertes reacciones en redes sociales.
Uno de los menores llora mientras recibe los golpes. Al parecer se les culpa del robo de un celular. Hay señales de que antes del video fueron torturados porque la camisa está desgarrada y tiene tintura como de sangre.
La tortura a menores de edad es una práctica común en México, de acuerdo con datos de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) y la Organización de las Naciones Unidas (ONU. Jalisco es una de las entidades que registran más agravios.
De acuerdo con Schwebel, director de información y conductor de canal OchoTV de Guadalajara, la oficina donde se perpetró la tortura a los dos civiles pertenece al área de detenidos de la Dirección de la Unidad de Investigación de Delitos Varios, ubicada en la Calle 14, número 2550, en la zona industrial de la capital jalisciense.
El video compartido por el periodista en el perfil de la red social desde las 11 de la mañana cuenta con 81 mil 331 reproducciones hasta el momento y ha sido compartido más de 2 mil ocasiones.
Los dos jóvenes, menores de 18 años de edad, fueron acusados de robarse un teléfono celular. En la grabación se observa cómo ambos son abofeteados por los agentes del Ministerio Público de Jalisco en una oficina pública. Otros servidores públicos caminan por el lugar pero no intervienen, como si se tratara de un hecho común.
Con insultos y golpes, los dos funcionarios públicos amedrentaron al par de adolescentes. Los jóvenes confesaron con golpes el supuesto robo. En el video, uno de los jóvenes vestido con playera color verde asegura ser inocente y señala a su compañero. El adolescente menciona que su cómplice fue quien robó el celular, y que él únicamente le ofreció ayuda a la dueña para recuperarlo.
A pesar de su confesión, los agentes le preguntaron por otro supuesto delito, del cual se declaró inocente.
Un golpe en el tórax hace que a uno de los jóvenes le falte aire. Los agentes se burlan.
El pasado 10 de marzo, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) dio a conocer un informe en el que se habla de prácticas de tortura de menores en el país.
Puso ejemplos:
• En el Centro de Diagnóstico y Ejecución de Medidas para Adolescentes en Tijuana, Baja California, los adolescentes que están internos son maltratados por el personal de seguridad y custodia, quienes también los insultan, amenazan, inmovilizan con esposas u obligan a permanecer en posturas forzadas. Situaciones similares ocurren en Oaxaca, Durango, San Luis Potosí, Puebla, Sonora o Tabasco, entre otros estados. En varios casos con el uso de esposas o vendados los ojos.
• En el Distrito Federal, Estado de México, Quintana Roo, Baja California Sur y Jalisco a esos castigos contra adolescentes internos les suman agravios como que los mantienen alojados sin ropa en una celda o sin agua y comida. En Ciudad Juárez, Chihuahua, las sanciones a los menores de edad incluyen que los rocíen con gas pimienta y les arrojen agua.
• En Berriozábal, Chiapas, además, se les rocía a los adolescentes gas lacrimógeno y se les encierra en una celda insalubre carente de iluminación y ventilación adecuada. En ese mismo centro de tratamiento una adolescente indígena que no habla español no ha recibido asistencia de un intérprete desde que ingresó.
• En Nayarit, las adolescentes internas no tienen sanitarios, de modo que orinan y defecan en una cubeta. En Altamira, Tamaulipas, a la mayoría de los jóvenes internos les quitaron las camas porque las autoridades temían que las usaran para doblar los barrotes las ventanas e intentaran fugarse.
Un día antes del informe, el 9 de marzo de este mismo año el Relator Especial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre la Tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes, Juan E. Méndez, planteó que la tortura en México es generalizada y ocurre en un contexto de impunidad, lo que es incentiva su repetición y agravamiento.
“La tortura y los malos tratos durante los momentos que siguen a la detención y antes de la puesta a disposición de la Justicia son generalizados en México y ocurren en un contexto de impunidad”, explicó Méndez en su informe sobre México. “La impunidad de la tortura y el maltrato es aliciente para su repetición y agravamiento”.
El Embajador de México ante la ONU en Ginebra, Suiza, Jorge Lomónaco Tonda, respondió de inmediato al informe. Dijo que las conclusiones no son sino una “falacia” y “no corresponden con la realidad”.
México suele responder “a la defensiva” a informes internacionales que hablan de tortura de detenidos, aseguró Lomónaco Tonda.