Varias ciudades europeas vivieron ayer manifestaciones tanto en favor como en contra de que se apliquen políticas de acogida a refugiados en sus respectivos países, informó la Agencia EFE.
En Dinamarca, Francia, Polonia, República Checa, España, Eslovaquia, Grecia, Alemania y Bélgica hubo manifestaciones.
Londres, cuyo gobierno por el momento decidió recibir a refugiados sirios que soliciten asilo desde campamentos de refugiados operados por Naciones Unidas, vio a miles de personas salir a las calles para expresar su solidaridad hacia los refugiados y en contra de las políticas de asilo del gobierno nacional.
Según cifras de los organizadores, la manifestación convocó a “más de cien mil” personas y, al dirigirse en columna hacia el Parlamento, estuvo encabezada por refugiados.
“Estamos un poco sorprendidos. No lo esperábamos”, dijo Abdulaziz Almashi, de la agrupación Syria Solidarity, al referirse a la amplia convocatoria lograda por el llamado. Las cifras no fueron confirmadas por la policía.
Madrid también vivió una manifestación bajo el lema: “Refugiados, bienvenidos”. Entre gritos de “No a la guerra” y “Ningún ser humano es ilegal”, los congregados respaldaron la apertura del país hacia los migrantes, días después de que el gobierno aceptara acoger a más de 14 mil 900 desplazados propuestos por la Comisión Europea.
Distinto fue el clima en el este europeo, donde algunos gobiernos reiteraron su rechazo a la iniciativa comunitaria de incorporar cuotas de aceptación obligatoria de refugiados para los países de la Unión Europea.
El ministro del Interior eslovaco, Robert Kalinak, volvió a negarse a que se instaure un sistema de distribución obligatoria y señaló que su país, por el contrario, recibiría a sirios cristianos. “Sabemos que se integrarían y que para nosotros serían realmente una ganancia”, dijo el socialdemócrata.
Ayer, el país estuvo marcado por la manifestación de unas mil personas en contra y otras 400 en favor de aplicar políticas de asilo para los refugiados.
Similar fue la división vivida en República Checa y en Polonia, donde la plaza central de la capital se colmó con cinco mil nacionalistas y manifestantes que, ondeando banderas polacas y lanzando petardos, repudiaron el ingreso de migrantes.
La ciudad vivió paralelamente una contramanifestación de cientos de personas que expresaron su respaldo a la llegada de refugiados.
En tanto, Hungría se disponía a cerrar el último tramo de frontera que queda abierto hacia Serbia, donde está instalando una valla para evitar el paso de migrantes.
Así como en días previos las autoridades húngaras habían vivido cruces con el gobierno de Alemania, al que apuntaban como responsable de la ola migratoria que vive Budapest, ayer las tensiones se dieron con Austria, cuyo jefe de gobierno, Werner Faymann, comparó el manejo de la crisis de los refugiados por parte del primer ministro húngaro, Viktor Orban, con las políticas racistas del nazismo.