Así es un embrión humano por dentro

Hasta mediados del siglo XIX, muchos científicos creían en el animalculismo, una teoría biológica que sostenía que el espermatozoide albergaba ya una persona preformada y diminuta. Aquella visión hoy absurda se desechó y comenzaron a proliferar libros modernos, como Los elementos de la embriología, publicado en 1874 por los británicos Michael Foster y Francis M. Balfour. Pero el embrión sigue siendo una de las últimas fronteras de la medicina.

“El actual conocimiento sobre el desarrollo humano está basado en la descripción de un limitado número de muestras embrionarias publicadas en artículos originales y en libros de texto, a menudo hace más de 100 años”, lamenta hoy en la revista Science un grupo de científicos, encabezados por la experta en anatomía Bernadette de Bakker, de la Universidad de Ámsterdam.

Su equipo acaba de crear un atlas digital tridimensional tras analizar unas 15.000 rodajas de embriones de la colección estadounidense del Instituto Carnegie de Washington, comenzada en 1914. El nuevo atlas, interactivo, ha destapado agujeros en el conocimiento, algunos de ellos heredados de estudios pioneros basados en animales como la gallina y el ratón. “Una serie de análisis detallados del desarrollo del riñón, de los cartílagos del arco faríngeo y de la notocorda [una estructura del embrión que le sirve como esqueleto] muestran que las descripciones actuales del desarrollo de estos órganos están basadas en modelos animales y no en observaciones fácticas en especímenes humanos”, advierten los científicos en Science.

El atlas, que abarca los primeros dos meses de desarrollo embrionario, tiene un gran valor científico. Esa etapa es clave en la aparición de malformaciones congénitas, un problema que afecta al 3% de la población y provoca hasta el 25% de las muertes de recién nacidos.

Fuente: El País