Piel clara, más energía, mejor digestión… estos son solo algunos de los beneficios del agua de clorofila. Si sigues habitualmente a influencers del ámbito del bienestar y el fitness en las redes sociales, es probable que hayas visto algún vídeo de alguien alabando el agua de clorofila y sus supuestos beneficios. Incluso la imagen de añadir un suplemento de clorofila (que suele venderse en forma de tintura líquida) a un gran vaso de agua es espectacular y seductora: una nube oscura y concentrada que acaba disipándose, revelando un tónico esmeralda vibrante.
Las promesas de una piel más clara, un aliento más fresco, menos hinchazón y más energía son lo bastante tentadoras como para entender cómo es posible que el agua con clorofila se haya convertido en una de las tendencias actuales más importantes en materia de salud. Pero, ¿realmente sirve para algo?
¿Qué es la clorofila?
La clorofila es el pigmento verde natural de las células vegetales. Se utiliza como energía para convertir el dióxido de carbono y el agua en el alimento de una planta durante la fotosíntesis, un proceso que también libera oxígeno en el aire. Este nutriente se encuentra de forma natural en frutas y verduras verdes como las espinacas, el brécol y el kiwi.
Como suplemento, la clorofila suele venderse en forma de tintura o píldora, pero no es químicamente idéntica a su forma natural. «Suele presentarse en forma de clorofilina, una forma hidrosoluble de clorofila que contiene cobre y sodio», explica Vijaya Surampudi, profesora asociada de medicina y cocreadora de los servicios de apoyo nutricional para adultos de las clínicas de nutrición enteral, gestión de NPT y oncología nutricional de la UCLA (Estados Unidos). La clorofilina es una versión sintética de la clorofila en la que el átomo central de magnesio se sustituye por cobre, lo que la hace mucho más estable que la versión natural.
Por qué la clorofila es tan popular
A finales de la década de 1930, el investigador de la Universidad de Temple Benjamin Gruskin se interesó por el uso de la clorofila en heridas y úlceras infecciosas, pero su experimento le dejó resultados dispares. En 1947, el American Journal of Surgery informó de que los derivados de la clorofila ayudaban a reducir el olor nocivo de los pacientes heridos en un hospital de guerra. En la década de 1950, la clorofila se comercializaba como un potente desodorante y desintoxicante, y rápidamente apareció en las estanterías de las tiendas en una gran variedad de productos, como dentífricos, jabones y chicles.
Aunque la popularidad de la clorofila disminuyó con el tiempo, volvió a surgir a mediados de la década de 2010, con YouTubers que añadían clorofila líquida a sus rutinas de cuidado personal. Y ahora, con el auge de los influencers del bienestar en Instagram y la proliferación de la comunidad #HealthTok, esta popular práctica se ha convertido en ineludible: forma parte integral de muchos vídeos de «rutina matutina» y tiene a muchos espectadores clamando por comprar una botella de este ingrediente aparentemente «mágico».
Hoy en día, el hashtag #chlorophyll (clorofila, en inglés) tiene más de 81 millones de visitas sólo en TikTok. Pero la información en las redes sociales en torno a la eficacia de la clorofila es en gran medida anecdótica, basada únicamente en la experiencia personal de cada influencer y a menudo no tiene en cuenta otros factores del estilo de vida que pueden contribuir a su percepción de una mejora de la salud.
¿Es realmente beneficioso beber clorofila?
Algunos de los supuestos beneficios del agua con clorofila son el alivio del estreñimiento, la eliminación del acné, la mejora de la digestión y el aumento de la energía. Otras afirmaciones incluyen la desintoxicación del cuerpo, la pérdida de peso y la prevención del cáncer.
“Los estudios han demostrado que [la clorofila] puede actuar bloqueando la absorción de carcinógenos potenciales como las nitrosaminas de las carnes procesadas”, afirma Ellen Kornmehl, médico oncólogo jubilado de la Facultad de Medicina de Harvard (EE. UU.). También señala que puede “inhibir las agresiones genéticas y el estrés oxidativo”, lo que significa que puede reducir el daño causado a nuestros genes por la exposición a toxinas ambientales como la contaminación atmosférica, así como actuar como antioxidante para proteger contra el daño celular causado por los radicales libres.
“Una advertencia es que la clorofila también puede tener efectos perjudiciales como el aumento de la sensibilidad a la luz, la interacción con medicamentos y, en unos pocos estudios, se observó la promoción de la progresión tumoral”, dice. Los suplementos de clorofila también contienen cobre, que, en cantidades excesivas, puede provocar toxicidad por cobre.
Muchos influencers juran que han visto una piel más clara y brillante desde que empezaron a beber agua con clorofila. Pero algunos detractores atribuyen la limpieza de la piel simplemente a un aumento en la ingesta de agua y la hidratación en general, algo que también ayuda naturalmente con la digestión, el estreñimiento y la energía. Y aunque un estudio de 2014 sobre la eficacia clínica de la clorofila utilizada para el tratamiento del acné encontró una reducción en los niveles de acné y sebo, fue con el uso de clorofilina tópica, no un suplemento oral.
“Los fabricantes de suplementos afirman que la clorofila puede hacer muchas cosas, pero pocas de las afirmaciones están respaldadas por pruebas científicas”, dice Surampudi. La investigación sobre los efectos reales de la clorofila en el organismo es muy limitada, y muchos de los estudios existentes se han realizado en animales.
¿Se puede consumir demasiada clorofila?
La clorofila natural de las plantas no se considera perjudicial para el ser humano, ni siquiera en grandes cantidades. Los expertos suelen recomendar entre 100 mg y 300 mg de clorofilina líquida al día para los adultos, pero se necesitan más estudios para determinar si se trata de una dosis realmente eficaz en humanos.
“Como la FDA no regula los suplementos, es difícil conocer los límites máximos”, dice Surampudi. “Los suplementos de clorofilina pueden tener efectos secundarios, como problemas gastrointestinales, reacciones cutáneas y reacciones alérgicas”. Aunque en general se consideran seguros, subraya que es importante consultar con un profesional sanitario antes de tomar cualquier suplemento nuevo. Además, no se ha investigado la seguridad de la clorofilina en mujeres embarazadas o en periodo de lactancia.
La vía natural
Si aún sientes curiosidad por la clorofila, puedes consumirla simplemente comiendo verduras. Los alimentos ricos en clorofila son las espinacas, la berza, la mostaza, la alfalfa, el perejil, la col verde, los espárragos, la chlorella y la espirulina. Además de estos alimentos, en general es importante comer una variedad de frutas y verduras de colores como parte de una dieta saludable.
“Lo mejor es comer alimentos integrales, especialmente verduras de hoja verde oscura”, dice Kornmehl. “Ofrecen un ‘paquete’ natural de compuestos vegetales como betacaroteno, luteína, vitamina E, fibra y potentes polifenoles antiinflamatorios, todos los cuales favorecen la salud y pueden actuar de forma sinérgica.”
Source: Crealo