Científicos descubren que el oso pardo tiene ADN del extinto oso cavernario

Los osos pardos actuales tienen entre un 0,9 y 2,4 por ciento de ADN de los osos de las cavernas, especie de mamífero extinta hace unos 25 mil2 años, según un estudio que constata que ambas especies se cruzaron, por tanto, en el Pleistoceno.

Las conclusiones se publican en la revista Nature Ecology & Evolution, en un artículo liderado por la Universidad de Potsdam (Alemania), que también firman tres investigadoras españolas: Aurora Grandal-d’Anglade y Ana García Vázquez, del Instituto de Geología de la Universidad da Coruña, y Gloria González Fortes, actualmente en la Universidad de Ferrara (Italia).

Para llegar a sus conclusiones, los investigadores analizaron secuencias genéticas de restos fósiles de cuatro osos cavernarios (“Ursus spelaeus”) que vivieron hace entre 71 mil y 34 mil años.

En concreto, las muestras fueron halladas en Cova Eirós, en España; en cuevas de los Alpes, Austria, y en la cueva Hovk, Armenia, relató a Efe Grandal-d’Anglade, quien recordó que estos osos de hasta 500 kilos habitaron por toda Europa, salvo en las zonas más al sur -se cree que la vegetación de tipo mediterráneo no les favorecía- y más al norte -por la escasez de alimentos o competencia con otros grandes herbívoros.

Según esta investigadora, su extinción tiene que ver con los cambios climáticos de las edades del hielo, pero, seguramente, más aún con la expansión de los humanos modernos, que competían con ellos por el alimento y refugio.

Y es que los osos cavernarios dependían mucho de su cueva de nacimiento, a la que volvían siempre a hibernar, y de zonas ricas en pastos y vegetación para alimentarse.

Una vez analizadas las muestras de oso cavernario, se compararon con información del genoma de osos pardos, tanto antiguos como modernos, además de con datos de osos negros americanos y asiáticos, osos de anteojos, pandas y osos polares.

Así, los autores constataron que los genomas secuenciados de oso pardo -ocho- incluyen una contribución de ADN de oso de las cavernas -entre el 0,9 y 2,4 por ciento- y, por su parte, que los osos cavernarios también albergan ADN de oso pardo, aunque en proporciones más pequeñas, aproximadamente entre 0,5 y 1 por ciento.

Es más pequeña la proporción, por un lado, porque del oso cavernario solo se pudieron estudiar fósiles y siempre queda alguna pequeña zona del genoma sin poder secuenciar.

Por otro lado, añade la investigadora, porque probablemente el flujo fue más intenso en una sola de las direcciones.

Sin Embargo


Source: Crealo