El recién fallecido ex mandatario cubano Fidel Castro salió en la película Scarface (El Precio del Dinero, 1983), pero no fue en un cameo y menos en una actuación especial para la industria hollywoodense que, obviamente, no era de su total agrado, sino que su participación se remite a la inclusión de un histórico discurso ante el creciente exilio cubano, informó Excélsior.
Por encargo del director Brian de Palma, Oliver Stone adaptó el guión del filme original de 1932, de Howard Hawks, con el protagonista Tony Montana (Al Pacino) como un delincuente harto del comunismo y con ambiciones que ni su país y mucho menos el trabajo podrían cumplir sino únicamente el american dream.
En la cinta, el protagónico ficticio logrará ingresar a Estados Unidos como refugiado durante el éxodo de Mariel de mayo de 1980, tras su llegada como balsero a Cayo Hueso, Florida, junto con los demás refugiados, luego de que Fidel vaciara las cárceles de su país para que también la Unión Americana recibiera a la escoria cubana.
“¡Quien no tenga genes revolucionarios, quien no tenga sangre revolucionaria, quien no tenga el coraje, quien no tenga un corazón y una mente que se adapte a la idea, al esfuerzo y al heroísmo de la revolución, que se vayan, no los queremos, no los necesitamos!”, dijo Castro en su pronunciamiento en Mariel en mayo de 1980.
El filme Caracortada, como Universal lo tituló en México, abre su trama con un texto que explica el momento histórico, con imágenes verídicas de los 125 mil marielitos, como fueron apodados en EU, que llegaron a territorio yanqui abordo de 3 mil embarcaciones que dejaron La Habana en menos de 72 horas.
Pero, según cuenta la leyenda, Castro también envió en aquellos barcos a unos 25 mil de los más peligrosos presidiarios a ese país que no sólo buscaban asilo político sino extender su red criminal en una tierra de oportunidades hasta para los negocios fuera de la ley.
La encarnación de alguien obsesionado con enriquecerse rápidamente, y a cualquier costo, trabajando en los bajos fondos y ascendiendo jerárquicamente en el mundo del hampa fue Tony Montana (Pacino), un cubano expulsado de su país por no coincidir con los valores del Comandante Fidel Castro.