Desde la Tierra ya no se puede ver el asteroide conocido como 2024 YR4, pero todavía está muy presente en la mente de los científicos.
El objeto del tamaño de un edificio, que inicialmente parecía estar en un curso de una posible colisión con la Tierra, actualmente se está acercando, más allá del alcance de los telescopios terrestres, a su órbita alrededor del Sol. Pero mientras los científicos esperan que reaparezca, su trayectoria actualizada ahora hace que la atención se fije en otro posible objetivo: la Luna.
Al principio parecía que la roca espacial, descubierta a finales de 2024, podría caer en nuestro planeta el 22 de diciembre de 2032. La probabilidad de ese impacto cambió con cada nueva observación, alcanzando un máximo del 3,1 % en febrero, probabilidades que lo convirtieron en el asteroide de mayor riesgo para nuestro planetaque haya podido ser observado.
Las observaciones de telescopios terrestres y espaciales fueron cruciales para ayudar a los astrónomos a determinar el tamaño y la órbita del 2024 YR4. Con mediciones más precisas, los investigadores finalmente pudieron descartar un impacto en la Tierra.
Según la NASA, las últimas observaciones del asteroide a principios de junio, antes de que YR4 desapareciera de la vista, han mejorado en casi un 20 % el conocimiento de los astrónomos sobre dónde estará en siete años.
Esos datos muestran que a pesar de que la Tierra no recibirá un impacto directo, YR4 aún podría representar una amenaza a fines de 2032 al estrellarse contra la Luna. De ocurrir dicho impacto, sería un evento único que presenciará la humanidad y algo que solo ocurre una vez en la vida. Pero también podría enviar material lunar pulverizado hacia nuestro planeta.
Si bien la Tierra no enfrentaría ningún peligro físico significativo si el asteroide cayera en la Luna, existe la posibilidad de que algún astronauta o infraestructura en la superficie lunar pueda estar en peligro en ese momento. Incluso podrían correr peligro los satélites que orbitan nuestro planeta, de los que dependemos para que continúen funcionando sin problemas los aspectos vitales de la vida, incluidas la navegación y las comunicaciones.
Cualquier misión en órbita terrestre inferior también podría estar en el camino de los escombros, aunque la Estación Espacial Internacional está programada para ser sacada de órbita antes de ocurra cualquier posible impacto.
Inicialmente, el YR4 fue visto como un estudio de caso para analizar el por qué los científicos hacen el trabajo crucial de defensa planetaria, al descubrir y rastrear asteroides para determinar cuáles tienen la posibilidad de colisionar con la Tierra.
Ahora, los astrónomos dicen que este asteroide podría redefinir el rango de riesgos que se estudian en este campo, ampliando el alcance del trabajo para incluir el monitoreo de asteroides que también podrían dirigirse a la Luna.
“Estamos empezando a darnos cuenta de que tal vez necesitemos extender ese escudo un poco más”, dijo el Dr. Paul Wiegert, profesor de astronomía y física en la Universidad de Western Ontario. “Ahora tenemos cosas que vale la pena proteger que están un poco más allá de la Tierra, por lo que esperamos que nuestra visión se expanda un poco para abarcarlas”.
Mientras tanto, los investigadores están evaluando cuánto caos podría crear un posible impacto lunar del YR4, y si se puede hacer algo para mitigarlo.
El amenazante trozo de roca se aprecia como una mota de luz incluso utilizando las herramientas astronómicas más potentes. En realidad, el YR4 tiene probablemente unos 60 metros de diámetro, según las observaciones realizadas en marzo por el Telescopio Espacial James Webb, el observatorio espacial más poderoso en funcionamiento.
“Tamaño es igual a energía”, dijo Julien de Wit, profesor asociado de ciencias planetarias en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), quien observó el YR4 con el telescopio Webb. “Conocer el tamaño del YR4 nos ayudó a comprender qué tan grande podría ser la explosión”.
Los astrónomos creen que han identificado la mayoría de los asteroides cercanos a la Tierra que la ciencia que los estudia clasificaría como “mata planetas”. Son rocas espaciales que tienen 1 kilómetro o más de diámetro y podrían acabar con la civilización, dijo el Dr. Andy Rivkin, astrónomo planetario del Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad Johns Hopkins en Maryland. Se estimó que el “mata planetas” que se estrelló contra la Tierra hace 66 millones de años y provocó la extinción de los dinosaurios tenía aproximadamente 10 kilómetros de diámetro.
Los asteroides más pequeños como el YR4, que fue apodado coloquialmente un “mata ciudades” después de su descubrimiento, podrían causar devastación de una región si choca con nuestro planeta. Según la NASA, alrededor del 40 % de las rocas espaciales cercanas a la Tierra de más de 140 metros, pero menos de un kilómetro, capaces de una destrucción más generalizada, ya han sido identificadas.
Pero los astrónomos nunca han tenido la oportunidad de ver una colisión de ese tamaño en la Luna en tiempo real, dijo Wiegert. Los últimos destellos del YR4 observados el 3 de junio, antes de que desapareciera de vista, revelaron una probabilidad del 4,3 % de que el YR4 haga impacto en la Luna. Son unas probabilidades pequeñas pero lo suficientemente importantes como para que los científicos consideren cómo podría desarrollarse tal situación.
Una sorprendente lluvia de meteoros y un riesgo
Los cálculos iniciales sugieren que el impacto tiene la mayor probabilidad de ocurrir en el lado cercano de la Luna, el lado que podemos ver desde la Tierra.
“La imagen del YR4 es tan débil y pequeña que pudimos medir su posición con el telescopio JWST más tiempo de lo que pudimos hacerlo desde el suelo”, dijo Rivkin, quien ha estado dirigiendo el estudio Webb del YR4. “Y eso nos permite calcular una órbita mucho más precisa, por lo que ahora tenemos una mejor idea de dónde estará y dónde no estará”.
La colisión podría crear un destello brillante que sería visible a simple vista durante varios segundos, según Wiegert, autor principal de un artículo reciente presentado a las revistas de la Sociedad Astronómica Estadounidense que analiza el posible impacto lunar.
Se estima que la colisión podría crear un cráter en la Luna de 1 kilómetro de ancho, dijo Wiegert, aproximadamente del tamaño del MeteorCrater en Arizona, agregó Rivkin. Sería el mayor impacto en la Luna en 5.000 años y podría liberar hasta 108 kilogramos de rocas y polvo lunar, según el modelo del estudio de Wiegert.
Incluso los pedazos de escombros que tienen solo decenas de centímetros de tamaño podrían presentar un peligro para cualquier astronauta que pueda estar presente en la Luna, o cualquier estructura que hayan construido para la investigación o para vivir, dijo Wiegert. La Luna no tiene atmósfera, por lo que los escombros del evento podrían extenderse por la superficie lunar, agregó.
Según la NASA, la distancia entre la Luna y la Tierra es, en promedio, de 384.400 kilómetros.
Partículas de material lunar del tamaño de grandes granos de arena, que van desde 0,1 a 10 milímetros de tamaño, podrían llegar a la Tierra entre unos pocos días a unos pocos meses después del impacto del asteroide porque viajarán increíblemente rápido, creando una lluvia de meteoros intensa y llamativa, dijo Wiegert.
“No hay absolutamente ningún peligro para nadie en la superficie”, dijo Wiegert. “No esperamos grandes rocas ni nada más grande que un terrón de azúcar, y nuestra atmósfera nos protegerá muy bien de eso. Pero viajan a toda velocidad, más rápido que una bala, por lo que, si golpearan un satélite, podrían causar daños”.
Según la Universidad de Washington en St. Louis, no todos los desechos lunares que llegan a la Tierra son tan pequeños, y todo depende del ángulo y el tipo de impacto que tengan en la Luna. Las rocas espaciales que se han estrellado contra la superficie lunar durante millones de años han dado como resultado que se hayan encontrado meteoritos lunares de varios tamaños en la Tierra.
Prepararse para el impacto
Cientos o miles de impactos de escombros de tamaño milimétrico podrían afectar la flota de satélites de la Tierra, lo que significa que los satélites podrían experimentar el equivalente de hasta 10 años de exposición a escombros de meteoritos en unos pocos días, dijo Wiegert.
La humanidad depende de una infraestructura espacial vital, dijo Dan Oltrogge, científico jefe de COMSPOC, una empresa de software de conocimiento sobre la situación espacial, que desarrolla soluciones para manejar peligros como la basura espacial.
“El espacio toca casi todos los aspectos de nuestras vidas hoy en día, desde el comercio, las comunicaciones, los viajes, la industria, la educación y las redes sociales, por lo que la pérdida de acceso y el uso efectivo del espacio presenta un grave riesgo para la humanidad”, añadió Oltrogge.
Es poco probable que el evento desencadene una situación de síndrome de Kessler en la que los escombros de satélites rotos chocarían con otros para crear un efecto dominó o caerían a la Tierra. En cambio, podría ser más parecido a cuando un trozo de grava golpea el parabrisas de un automóvil a alta velocidad, lo que significa que los paneles solares u otras partes delicadas del satélite podrían dañarse, pero el satélite quedará entero, dijo Wiegert.
Si bien una pérdida temporal de comunicación y navegación de los satélites crearía dificultades generalizadas en la Tierra, Wiegert dijo que cree que el posible impacto es algo de lo que deben preocuparse los operadores de satélites, en lugar del público.
Con información de CNN
Source: Crealo