La barbarie del Estado Islámico no cesa. Según reporta la cadena Sky News citando a testigos, los yihadistas amputan ahora las extremidades de niños en Raqqa, su bastión en Siria, como castigo por violar sus leyes.
Dos familias que lograron escapar de la urbe siria relataron a la cadena los horrores que presenciaron. La última perversidad es la práctica de amputaciones públicas, algunas de las cuales tuvieron como víctimas a menores. “Mis hijos lo han visto”, relató una madre de tres niños pequeños.
Según lo revelado por la mujer, una de las víctimas del bárbaro castigo fue un adolescente de 11 años. El menor vivía solo por ser huérfano y una vez trató de vender una batería de coche robada para conseguir comida. El hombre al que el niño trató de venderle la pieza informó a los mandos del EI y los terroristas le cortaron una mano con una espada en plena vía pública.
“[Los yihadistas] pusieron un bloque de madera debajo de su mano y dijeron que él había robado una batería de coche. Dijeron que esta mano había robado y que tenía que ser castigado. Y se la cortaron”, explicó la mujer. Sus hijos, con los que el castigado solía jugar y quienes presenciaron el acto, todavía tienen pesadillas.
Entre otras experiencias dolorosas compartidas por las familias de Raqqa se encuentra la historia de una madre que fue presionada para que vendiera a su hija de 14 años y se casara con un yihadista de 29 años. Sin embargo, la familia logró escapar a Turquía antes de que el matrimonio acabara plasmándose gracias al dinero que la mujer recibió por su hija: 500 dólares en oro.
Fuente: RT