El doctor en neurociencias comportamentales Genaro Alfonso Coria Ávila, miembro del cuerpo académico del Centro de Investigaciones Cerebrales (Cice) de la Universidad Veracruzana (UV), experto en temas de sexualidad y reproducción humana, ha desarrollado una línea de estudio para entender el comportamiento homosexual.
De acuerdo con el científico veracruzano, es transcendental dilucidar las bases de las preferencias sexuales y sus modificaciones a partir del aprendizaje. Asegura que es importante respetar la diversidad, pero más importante es conocer el origen de esta, por lo que ha llevado a cabo distintos estudios con ratas de laboratorio, con las cuales se ha llegado a comprender los mecanismos neurobiológicos de las inclinaciones sexuales.
Agencia Informativa Conacyt (AIC): La homosexualidad es un tema que ha estado presente a lo largo de la historia, ¿por qué decidió dirigir sus investigaciones a esta área?
Genaro Alfonso Coria Ávila (GACA): La homosexualidad siempre ha estado en la historia y siempre estará. Sin duda es parte de la diversidad sexual de nuestra especie y de muchas otras. Sin embargo, en cada época se ha explicado de diferentes maneras incluyendo aspectos sociales, genéticos, hormonales y anatómicos. Decidí dirigir mi investigación a esta área para entender cómo influye el aprendizaje pavloviano y los cambios cerebrales que provoca.
AIC: ¿Por qué es importante conocer el trasfondo de un comportamiento humano que sigue considerándose un tabú?
GACA: Los tabúes se generan a partir de lo que creemos que es altamente improbable de observarse. Esto puede llevar a una sociedad a no aceptar a aquellos que no son como la mayoría. Por lo tanto, es importante investigar el origen de la diversidad para poder educarnos como sociedad. La homosexualidad es una preferencia sexual, pero considero importantísimo conocer cómo influye el aprendizaje y eventos perinatales en su desarrollo.
AIC: ¿De qué dependen las preferencias sexuales de cada individuo?
GACA: De una interacción entre naturaleza y crianza. Hay genes que originan la formación de gónadas, las cuales producen hormonas sexuales que organizan el cerebro de un macho diferente al de una hembra en el periodo perinatal. Después con la crianza ocurren las improntas en la infancia hacia tus cuidadores, lo cual da pauta a las primeras experiencias sexuales y al reforzamiento del aprendizaje. La interacción entre naturaleza y crianza es lo que nos hace únicos.
AIC: ¿Qué mecanismos neurales influyen en estas preferencias sexuales?
GACA: En el periodo perinatal, los mecanismos considerados naturaleza (genes, hormonas) organizan el cerebro para que sea diferente entre machos y hembras. Estas diferencias permiten quizá un sesgo en los primeros encuentros sociosexuales, después vienen los mecanismos que ocurren con las experiencias vividas y quizá también con fármacos que pueden alterar la actividad del cerebro y sus procesos de percepción, expectativas, atención, recompensa y aprendizaje.
AIC: ¿Cuál es la parte del cerebro que regula estas preferencias?
GACA: Los genes y las hormonas organizan principalmente estructuras cerebrales profundas y filogenéticamente más viejas, que compartimos con muchos vertebrados, como el hipotálamo. La experiencia organiza estructuras más nuevas, como las diferentes cortezas, el estriado, el hipocampo y el cerebelo. La complejidad de estas estructuras en los humanos sugiere que la crianza juega un papel fundamental en nuestras inclinaciones.
AIC: En su investigación, afirma que mediante el aprendizaje pueden modularse las preferencias, ¿de qué manera ocurre esto y cuáles son los mecanismos que participan en esta modulación?
GACA: La naturaleza selecciona lo que vale la pena aprenderse con base en los cambios químicos que produce en el cerebro (por ejemplo, recordar con quién se tuvo sexo). Esto incluye incrementar dopamina, opioides, oxitocina y una lista grande de sustancias que modulan el placer, la atención, la predicción y el aprendizaje. Si estas sustancias se elevan natural o artificialmente en presencia de alguien, el cerebro puede iniciar mecanismos de aprendizaje de pareja.
AIC: ¿Estas preferencias pueden modificarse mediante el aprendizaje?
GACA: Sí. En el laboratorio hemos mostrado que ratas macho heterosexuales aprenden una preferencia homosexual al cohabitar intermitentemente con otro macho bajo los efectos de algunos fármacos. Prefieren al macho y no a la hembra receptiva que también está ahí. Esto lo vemos varios días después, sin ningún tratamiento farmacológico, lo cual nos indica que es aprendido.
AIC: En cuanto a los genes, ¿podría decirse que estamos genéticamente programados para tener ciertas preferencias?
GACA: Sí, pero la preferencia inicial genéticamente programada (naturaleza) no es fija ni inflexible. Sin duda se reforzará o se debilitará de acuerdo con el aprendizaje (crianza). Desde mi perspectiva, los mecanismos naturales funcionan únicamente para sesgar la preferencia inicial, nunca para definirla de por vida.
AIC: ¿El comportamiento homosexual es hereditario?
GACA: No hay un gen de homosexualidad. Existen genes implicados en el desarrollo y diferenciación cerebral y en el proceso de dimorfismo sexual. También existen genes que modulan el desarrollo de neurocircuitos implicados en rasgos de personalidad. Sin duda, los seres vivos somos el resultado de una relación sistematizada entre la expresión de esos genes y las experiencias vividas.
Genaro Alfonso Coria Ávila, miembro nivel II del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), explicó que esta línea de investigación, que fue financiada por el programa de ciencia básica de la Secretaría de Educación Pública y del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), está enfocada en contribuir al conocimiento de la biología y psicología de la motivación natural más potente que existe: el sexo y los cambios neurofisiológicos que produce.
Fuente: Sin Embargo