Birna Brjansdottir, una mujer de 20 años que terminó la noche del 14 de enero en paradero desconocido, apareció muerta este 23 de enero en una playa ubicada al sur de Reikiavik (Islandia), informan medios locales.
Aunque la Policía islandesa estima que “en la actualidad, no es posible determinar la causa” del fallecimiento de esa mujer, afronta el caso como si fuera un asesinato.
Una desaparición misteriosa
La noche en que fue vista por última vez, Brjansdottir visitó varios bares y se compró un kebab. Las cámaras de seguridad de la ciudad registraron su recorrido por una calle céntrica de la ciudad, pero su pista se perdió alrededor de las 5:00. Otro video tomado alrededor de las 6:30 captó un coche rojo que se encontraba en un lugar próximo a la zona donde la joven fue vista por última vez.
Al día siguiente, la víctima no fue a trabajar, mientras que su teléfono —ya desconectado— y sus zapatos aparecieron en el puerto de Hafnarfjordur, cerca de donde ese mismo día levó anclas un barco pesquero de Groenlandia, el Polar Nanoq.
Instrucción penal, búsqueda y rescate
Para encontrar a Birna Brjansdottir, las autoridades organizaron la operación de búsqueda y rescate más grande de toda la historia de Islandia, en la que participaron 725 voluntarios. Gracias a esas pesquisas, encontraron su sangre en el auto rojo y se supo que los marineros de ese buque habían conducido ese auto.
La noche del 18 de enero, la guardia costera de Dinamarca detuvo la embarcación y la obligó a regresar a su punto de origen. Sin embargo, una unidad de élite islandesa ya se había desplazado hasta el lugar en helicóptero, detuvo a los tres miembros del Polar Nanoq “bajo la sospecha de poseer información sobre la desaparición” y les condujo ante el juez.
A pesar de que revisó el barco, la Policía de Islandia no considera que la víctima llegara a subir a bordo.
País sin crímenes
La tasa de criminalidad de Islandia, un país con alrededor de 330.000 habitantes, equivale a 1,8 homicidios anuales y la mayoría de esos casos están provocados por alcoholismo o enfermedades mentales de los criminales. Como ejemplo, en ese país se produjeron cuatro asesinatos en 2002, mientras que en 2003, 2006 y 2008 no hubo ninguno y hasta diciembre de 2013 la Policía nunca había disparado a nadie.
El sociólogo islandés Helgi Gunnlaugsson estima que esa tasa de criminalidad tan baja se debe a que la sociedad islandesa es muy homogénea y se encuentra muy orgullosa de su igualdad, debido a que “somos una familia” y “nos necesitamos los unos a los otros para sobrevivir en esta isla”.
Fuente: RT