Atrincherarse entre las cuatro paredes, al contrario de lo que se creía antes, podría ser bueno para la salud.
“Nuestras vidas están tan ocupadas, y el mundo a veces puede parecer tan espantoso por las preocupaciones económicas, políticas y ecológicas, que la casa se está volviendo un lugar donde realmente poder relajarnos, un antídoto. Y permanecerá así durante muchos años”, dice Lisa White, directora del departamento de Lifestyle & Interiors de la consultoría internacional WGSN.
Gemma Riberti, experta en adecuación de viviendas de la misma compañía, anunció con las siguientes palabras una tendencia relacionada para 2017 en una conferencia anual del sector en Hong Kong, el grounded living (“estar conectado a la tierra”): “La gente quiere sentirse en casa allá donde esté. Ha dejado de ser un lugar, es un sentimiento. Y el objetivo de su diseño es crear un espacio calmo al que siempre guste volver” y cueste mucho abandonar.
Nuestras vidas están tan ocupadas, y el mundo a veces puede parecer tan espantoso por las preocupaciones económicas, políticas y ecológicas, que la casa se está volviendo un lugar donde realmente poder relajarnos, un antídoto. Y permanecerá así durante muchos años”, dice Lisa White, directora del departamento de Lifestyle & Interiors de la consultoría internacional WGSN.
En este contexto, la actitud FOMO (miedo a perderse cualquier ocasión social) está siendo sustituida por el JOMO (la alegría de perderse) y el FOGO (el temor a salir), un recogimiento que, fundamentalmente, contribuye a potenciar un organismo más saludable.
Pero si se vuelve, “una forma de vida es absolutamente insana, física y mentalmente. Cada persona tiene su propio punto de equilibrio. Para encontrarlo es necesario el autoconocimiento, pero la sociedad actual (con valores cada vez más alienantes y materialistas, de consumismo y prisas), no nos encamina a desarrollar la propia responsabilidad sobre nuestra salud. Somos infelices y estamos ansiosos”.
La nesting (nidificación) busca combatir esta dolorosa realidad, potenciando eso que los anglosajones llaman Me time: reservar momentos para uno y dedicarlos a la cotidianidad del hogar. La cocina ya es una herramienta terapéutica popular en países como EE.UU. o el Reino Unido.
De hecho, de todas las terapias ocupacionales para combatir la depresión, la repostería ha demostrado ser una de las más eficaces, según un estudio publicado en British Journal of Occupational Therapy. Por su parte, entregarse al placer de una buena novela reduce el riesgo de demencia, conforme a la revista médica British Medical Journal (BMJ).
Pero si lo que le roba la paz es el estrés del día, un estudio de Journal of Health Psychology se inclina por recomendar la jardinería en la terraza, que baja los niveles de cortisol (hormona que lo provoca) en mayor medida que la lectura. Cualquier cosa vale, incluso aburrirse, un sentimiento que lejos de adormecer la mente, vuelve al individuo más altruista y empático, de acuerdo con una investigación llevada a cabo por científicos de la Universidad de Limerick (Irlanda).
Fuente: HispanTV
Source: Crealo