Nokia deja atrás los móviles para centrarse en la salud y la realidad virtual

Nokia no quiere ser el blanco preferido de las escuelas de negocios al hablar de fracaso. Tampoco quiere ser un sinónimo de nostalgia. Tras vender su división de móviles inteligentes a Microsoft y deshacerse también de los de gama más baja, se reinventa con una nueva cara y productos basados en la tecnología pero con una finalidad muy distinta.

San Francisco se ha convertido en un punto clave para su futuro. Los motivos para apostar por esta ciudad son varios. Los inversores de capital riesgo están aquí, la innovación también, y Withings, una empresa de origen francés centrada en wearables de estilo de vida saludable, también tiene su sede. Para profundizar en este ambiente, han abierto un centro que combina exposición con desarrollo de negocio y radar de tendencias.

A Nokia, en Finlandia, ya solo le quedan pensadores. Ya no fabrican allí. Su última estrategia para salir a flote pasa por dos pilares, la realidad virtual y la salud.

Durante el pasado Festival Internacional de Cine de San Francisco aparecieron como inesperados patrocinadores con una cámara Ozo, que graba en 360 grados. A finales de abril compraron Withings, una startup francesa que comenzó con pulseras de medición de pasos para invitar a hacer ejercicio.

La compra de Withings por 170 millones de dólares incluye un catálogo de productos amplio. A medio camino entre el entretenimiento, el deporte y el Internet de las Cosas. Nokia practicó un acqui-hire, como se llama a las adquisiciones para hacerse con los empleados. A Withings se le comenzó a valorar por su reloj, de estética clásica, muy alejado de las pulseras de plástico de Fitbit, Jawbone o incluso Polar y Nike. Su propuesta, Activité, es en apariencia un reloj analógico de esfera que envía información sobre la actividad física a una aplicación. Es capaz de detectar si se duerme, pasea, correo, monta en bici o se practica un deporte de acción. Cuentan también con una webcam que analiza la calidad del aire, un aparato para medir la presión sanguínea y un despertador que promete hacer su tarea con suavidad.

El último añadido es una báscula, de las que se suelen tener en el baño, pero con algunas mejoras. Ya existía la Libra de Runtastic y la Aria de Fitbit. La que promueve Nokia, Body Cardios tiene además sensor de pulso. “No es que midamos el pulso en sí, sino que vemos la velocidad del torrente sanguíneo”, apunta Cédric Hutchings exconsejero delegado de Withings, ahora reconvertido en su responsable de la división de salud. “Queremos que la sociedad tome el control de su salud, que tenga al doctor, pero que lo hábito del paciente sean los protagonistas del cambio. Hemos llevado medidores propios del mundo sanitario a los hogares”, insiste.

En el 101 de la segunda calle tenía Withings su oficina. Ahora será la sede de Nokia en la ciudad, aunque mantienen un laboratorio en el valle.

La cámara, cuyo precio es de 60.000 dólares en Estados Unidos o 55.000 euros para Europa, no se presenta como un producto para el mercado de consumo. Ozo quiere ser una herramienta profesional. Jean-Christophe Curelop, responsable de desarrollo de negocio de la división de medios digitales, explica la apuesta: “Pensamos que es un espacio importante que va a ir a más en los próximo años”. Consideran que va a servir tanto para hacer contenido de videojuegos como de realidad virtual en forma de vídeo. Es compatible con los sistemas de Google, Sony y Oculus, propiedad de Facebook. “Nos gusta decir que somos agnósticos en cuanto a plataformas”, remarca.

Ozo es una esfera con ocho cámaras que cubren los 360 grados. Junto a cada una hay un micrófono de ambiente que toma el sonido. “Sabemos que es clave, que la ambientación tiene que ir de la mano de la imagen o no es creíble”, relata Curelop. Incluyen unas gafas para que el director puede comprobar las tomas al momento, así como un disco duro de 500 gigas y batería de autonomía para 70 minutos. Funcionan como si fuese un cartucho, por lo que se pueden llevar varias e intercambiarlas. El software, Ozo creator, para editar el contenido también forma parte de la compra de la cámara.

Disney ha sido una de las primeras empresas en apostar por ellos. También están encontrando interés en el mundo publicitario, donde el formato inmersivo se aprecia. A pesar de la aceptación inicial bajan las expectativas. “Es un nuevo campo, pero no suficiente como para mantener una empresa”, zanja. En menos de dos meses se han quedado sin abasto. Tienen lista de espera.

Nokia ha vuelto pero de una manera que pocos esperaban.

Vanguardia