La acumulación anormal o excesiva de grasa abunda entre los mexicanos. México tiene la segunda tasa de obesidad más alta entre los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), después de Estados Unidos, y la tercera en América Latina, de acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud.
Esta condición física tiene efectos en cadena: estéticos, psicológicos y en la salud física de las personas, ya que puede desembocar en diabetes mellitus tipo dos, enfermedades cardiovasculares, trastornos al aparato locomotor y algunos tipos de cáncer, es decir, algunas de las principales causas de muerte en el país.
Pero el problema no se queda en el ámbito de la salud pública, se extiende a una carga económica para el presupuesto familiar, los sistemas de salud y las finanzas públicas, de acuerdo con diversos estudios.
Sin considerar los factores genéticos, “el sobrepreso y obesidad es producto de estilos de vida poco saludables, en los que se combina una mala alimentación (por baja disponibilidad, poco tiempo…), generalmente rica en azúcares y/o grasas, con poca o nula actividad física (por falta de infraestructura, falta de tiempo, inseguridad…)”, expone el informe “Kilos de más, pesos de menos. Los costos de la obesidad en México”, realizado por el Instituto Mexicano de la Competitividad (IMCO).
Respecto a la primera causa, casi la mitad de la población mundial no tiene acceso a una alimentación adecuada, dijo esta semana Hilal Elver, representante especial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para el derecho a la alimentación. Por ello la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha recomendado aplicar subsidios para reducir el precio de la fruta fresca y los vegetales.
Fátima Masse, investigadora sobre temas de salud pública, expuso en entrevista que los índices de sobrepeso y obesidad no están solo concentrados en la gente más pobre o con mayores niveles de ingreso. Pero los estilos de vida no favorecen la alimentación adecuada ni la actividad física.
“La Ciudad de México es una de las entidades con menor actividad física, y donde mayor gente trabaja más de 48 horas semanales e invierte el mayor tiempo de traslado para llegar al trabajo o a la escuela. Eso afecta la calidad de vida de los habitantes”, dijo.
COSTO MILLONARIO PARA LA ECONOMÍA
La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2012, la más reciente, detectó que 48.6 millones de personas tienen sobrepeso o obesidad en México (32 y 38 por ciento, respectivamente), sobre todo en el nivel socioeconómico alto, en zonas urbanas y en el norte del país. De 2000 a 2012, la prevalencia combinada de sobrepeso y obesidad en adultos aumentó 15.2 por ciento.
“El sobrepeso y la obesidad afectan a 7 de cada 10 adultos mexicanos de las distintas regiones, localidades y niveles socioeconómicos”, resumió la encuesta.
De acuerdo con estimaciones del McKinsey Global Institute, la obesidad a nivel mundial impone costos equivalentes a 2.8 por ciento del PIB global, comparable a lo que generan los conflictos armados y el tabaquismo.
El IMCO explicó en su reporte que es un efecto dominó. Cuando alguien tiene sobrepeso u obesidad, primero afecta a su salud. Eso impone costos elevados de tratamiento (tanto para la familia como para el gobierno) y también afecta su productividad. Al reducirse la productividad de los trabajadores, por su parte, las empresas se ven afectadas.
“El sobrepeso y la obesidad es un factor de riesgo para desarrollar enfermedades crónicas. Un trabajador que empieza a desarrollar síntomas de alguna de ellas es menos productivo por dos razones: el día que va al médico dejó de trabajar y por el gasto médico en sí. Si es una persona asegurada, los costos caen sobre el gobierno y si decide ir a un sistema privado, recae sobre su cartera. Lo que también es una pérdida de productividad son las muertes. En la economía se ve el valor productivo de la vida. Una persona tiene una de 50 años (de 15 a 65 años). Si muere a los 20, le quedaban 45 años de vida productiva. El salario que dejó de ganar es una pérdida”, explicó la también economista Fátima Masse.
México enfrenta una crisis de salud pública a causa del sobrepeso y la obesidad con un costo de entre los 82 y 98 mil millones de pesos, ha calculado IMCO.
Investigadores de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) estimaron en más de 125 mil millones de pesos el costo de la obesidad en el país al año, frente a los 132 mil 216 millones de presupuesto para salud solicitados para el próximo año, de acuerdo con el Ramo 12 del Paquete Económico 2017.
“La carga económica del tratamiento implica una gran participación en el gasto a través del tiempo, con un gasto gubernamental en 2012 de 6 mil 800 millones de euros [137 mil 360 millones de pesos] y de 6 mil 200 millones de euros [125 mil 240 millones de pesos] en 2016, lo cual refleja una participación en el gasto público en salud de entre el 27 y el 25 por ciento”, expuso el artículo “Carga económica de la obesidad y sus comorbilidades en pacientes adultos en México” de la publicación Pharmacoeconomics Spanish Research Articles.
El cálculo está basado en la cantidad y el tiempo que los pacientes deben consumir un medicamento y el tipo de tratamientos.
COSTO DEL SPYO POR TRATAMIENTO
Los costos de tratamiento y cuidado de las complicaciones por las enfermedades causadas por la obesidad, como la diabetes y la hipertensión, representan una elevada inversión para el sistema de salud y aseguradoras; sin mencionar el gasto catastrófico que significa para una persona y su familia cuando no tienen acceso a algún tipo de seguridad social, destacó el informe “Obesidad: gran enemiga de las finanzas del sistema de salud mexicano” de PricewaterhouseCoopers México.
En el país hay casi 8.6 millones de diabéticos a causa del sobrepeso y obesidad, de acuerdo con datos consultados por el IMCO. El grupo de edad más afectado son los adultos en etapa productiva, entre 40 y 60 años. En 2012 se registraron más de 59 mil muertes por diabetes atribuibles a esa enfermedad.
De acuerdo con datos de la Encuesta Nacional de Empleo, a septiembre de este año 18 millones 626 mil 402 estaban asegurados en el IMSS, pero el resto –los 30 millones en la informalidad– debe pagar con sus propios bolsillos.
En el caso de padecer diabetes por obesidad, el paciente gastará por todo un tratamiento, dependiendo de su caso y el tiempo, de 92 mil 860 pesos a 1 millón 976 mil 054 pesos, calculó IMCO.
“La atención médica que requieren las enfermedades crónicas, como la diabetes, son muy altos. Un mexicano promedio no podría cubrir estos costos. Incluso si el enfermo siguiera trabajando después de los 65 años”, determinó el instituto. “Existe un gran riesgo de que las familias de ingresos medios caigan nuevamente en situación de pobreza y que se perpetúe esta condición en las familias más pobres”.
“Realizamos una simulación”, explicó a este medio la consultora de IMCO Fátima Masso. “En el primer caso era una persona con prediabetes, la cual a lo largo de 30 años logró hacer un cambio de hábitos y acudía constantemente al médico para tener un buen monitoreo de sus niveles de glucosa. No desarrolló la diabetes y su calidad de vida resultó como la de cualquier otra persona. En el segundo caso, que también tenía prediabetes, durante esos 30 años no hizo cambios de alimentación ni realizó actividad física, por lo que su salud se fue deteriorando hasta llegar a falla renal, la última consecuencia. La diferencia en los costos que enfrentan son abismales. En el primer caso acumuló un gasto de casi 93 mil pesos durante un año y en el segundo, acumuló una pérdida de casi 2 millones de pesos (dividido entre 30 años da un gasto anual de casi 63 mil pesos)”.
“Es 21 veces más barato prevenir, lograr un cambio de hábitos y dar un seguimiento al paciente que ir tratando las complicaciones. El mejor dinero invertido es en la prevención, en la detección temprana y en el monitoreo adecuado”, concluyó Masse.
PricewaterhouseCoopers México, por su parte, expuso que el costo aproximado del tratamiento por persona con diagnóstico de diabetes es de 19 mil 399 pesos al año, lo cual acumula un gran total de 124 mil 153 millones de gasto en salud para otorgar el cuidado necesario a la población diabética que lo demanda.
En cuanto a la hipertensión, con base en un cálculo realizado por un grupo de investigadores para un artículo de la publicación Pharmacoeconomics, el costo de un paciente con obesidad que desarrolla hipertensión en 20 años “es 13 veces superior al coste del primer año de tratamiento, con un valor acumulado de 4 mil 925 euros”, es decir, alrededor de 100 mil 325 pesos.
Para PWC, el costo aproximado del tratamiento por persona con diagnóstico de hipertensión arterial es de 13 mil 359 anualmente, lo que implica un gasto anual total de 289 mil 498 millones para poder otorgar el tratamiento adecuado a la población demandante.
COSTO DEL SPYO POR PRODUCTIVIDAD
Herman Soto Molina, directivo de la consultora HS Estudios Farmacoeconómicos, explicó a Conacyt que la fuerza laboral de las personas con sobrepeso y obesidad se vuelve menos productiva como resultado de la ausencia o, en el peor de los casos, por muertes prematuras, lo que afecta la productividad y el crecimiento económico del país.
De acuerdo con Soto Molina, el costo de la baja productividad pasó de dos mil millones de euros [40 mil 400 millones de pesos] en 2008 a 15 mil millones de euros [303 mil millones de pesos] en 2015 con base en las horas hombre mensual promedio.
Un reporte del Global Burden of Disease (GBD) para Latinoamérica, citado por IMCO, afirmó que los diabéticos pierden 3.1 por ciento de su tiempo laboral a causa de su padecimiento.
En otras palabras, al perder 312 millones 142 mil 095 horas laborales, los costos pueden recaer en las empresas, para aquellos trabajadores asegurados, o directamente sobre las familias porque los empleadores les descuentan los días que faltan o dejan de recibir un ingreso en caso de que sean autoempleados.
Es decir, no solo gastan para su tratamiento, también pierden ingresos por no poder laborar.
Fuente: Sin Embargo