Tracy Anderson está detrás de algunos de los cuerpos más comentados del momento. La entrenadora de Hollywood ha esculpido la figura de Gwyneth Paltrow, los glúteos de Jennifer Lopez, los brazos de Madonna o el nuevo cuerpo de Lena Dunham. Pero a pesar de su éxito la exbailarina de 41 años ha hecho una advertencia al público: emular la delgadez de estos cuerpos puede ser “tóxico”. “Lo que hacen las estrellas es irrelevante”, afirmó recientemente en un acto celebrado en Miami. “Nos fijamos constantemente en aquello que está de moda. ‘¿Qué es lo que lleva esa famosa en la mano? ¿Qué es lo que bebe? ¿Por eso tiene ese cuerpo? Yo también quiero porque así me pareceré a ella. Es tóxico”, señaló.
Las palabras de Anderson llegan tras haberse convertido en la gurú de los cuerpos perfectos de Hollywood. Esta mujer menuda y madre de dos hijos tiene con 219.000 seguidores en Instagram y una lista de espera de cinco años en su estudio neoyorquino. También cuenta con numerosos detractores, criticada por promover cuerpos imposiblemente delgados y por unos métodos que incluyen saltos y giros que a la larga pueden repercutir negativamente en las articulaciones. Pero recientemente Anderson se ha convertido en su mayor crítica, rechazando numerosas ofertas para hablar en reality shows sobre sus métodos de adelgazamiento. Tampoco acepta más clientes famosos,preocupada por una industria que se ceba en las inseguridades de la mujer.
Su técnica se basa en provocar el “agotamiento estratégico muscular” a base de movimientos rápidos y continuados durante 10 o 15 minutos. Además de sus estudios y los entrenamientos personales Anderson ofrece clases magistrales semanales y cuenta con toda una línea de productos incluidos sus DVDs y tutoriales en la Red.
Información de Vanguardia