En México aún es un gran reto la observancia de la Ley Federal del Derecho de Autor y sucederá en la medida que las personas tomen conciencia de que al comprar las obras en circuitos legítimos de comercio se fortalece la economía del país, dijo Adriana Berrueco García, investigadora del Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ) de la UNAM.
Además, esta práctica ayuda a que los autores perciban ingresos justos por su trabajo intelectual o creativo, resaltó en ocasión del Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor, a celebrarse el 23 de abril.
Si no se tiene claridad al respecto, nunca se podrá combatir este problema con policías o medidas legales, por más duras que sean, porque finalmente en ninguna sociedad se puede lograr que se observen las normas a través de la represión.
Nuestra ley data de 1997 y en su artículo 13 protege obras artísticas y literarias, donde entran desde programas de cómputo, películas, coreografías, caricaturas, emisiones de radio y televisión, hasta aquéllas que tienen que ver con la arquitectura y obra plástica, refirió.
Existen diferentes formas de sancionar violaciones al respecto. Por vía administrativa se establecen multas, o también en el orden penal. Hace años se dio una reforma que permite que la denuncia por piratería o por comercializar obras de manera ilícita se persiga de oficio, es decir, ya no es necesario que el titular de los derechos patrimoniales de autor presente la denuncia.
La jurista indicó que en México los institutos Nacional del Derecho de Autor y Mexicano de la Propiedad Industrial son las autoridades encargadas de sensibilizar a las personas en el respeto al trabajo intelectual de un tercero, pero también realizan inspecciones e imponen sanciones.
Asimismo, abundó, las sociedades de gestión colectiva, antes conocidas como autorales, se ocupan de que se salvaguarden los derechos de sus integrantes, entre ellos directores, compositores de música o escritores.