América cayó otra vez en casa, después de un doblete de Mauro Boselli para el 0-2 de León en un Azteca que presentó una regular entrada tras la promoción por el papelón ante Chivas; parece, habrá más boletos gratis por el nulo espectáculo que el local ofreció.
Nueve minutos y Mauro Boselli, el capitán de La Fiera, aprovechó un descuido defensivo amarillo y, derecha, colocó en el ángulo izquierdo de la portería defendida por Moisés Muñoz el uno a cero. El guión de los primeros 45′ ante Cruz Azul se apareció: América ya caía antes de los 10′.
En más de 20 minutos el local no generó peligro. Oribe, Arroyo, Romero y Osvaldo no se encontraron; intentos aislados y pelotazos el área, la gastada fórmula crema que no le retribuye.
Fue hasta el minuto 39 que Michael Arroyo se atrevió a un desborde y recorte a la meta de William Yarbrough. Derechazo raso que pegó por un costado de la meta. La única de emoción para la grada águila que alcanzó a gritar. No se fue con un tres a cero en contra al medio tiempo, pero “la defensa en la cancha” que Moisés Muñoz enfatizó en entrevista con La Afición para Ignacio Ambriz no se notó.
Segundo tiempo, minuto 49′ y Boselli rubricó su doblete con una ‘vaselina’ sobre Muñoz, nueva desatención la hora de construir en medio campo de las Águilas que resultó en balón perdido y gol para el 2-0.
Al 57′, Ambriz dio oportunidad a William Da Silva por un desaparecido Javier Güémez. El resto amarillo para solventar un dos a cero, en el trámite del partido en comparación con La Máquina, más difícil.
Por parte de Javier Torrente, estratega de La Fiera, echó mano de Andrés Andrade (78′), ex águila que sustituyó a Luis Montes para, a la contra, tratar de sentenciar la segunda derrota al hilo del Club de Coapa en casa, después de la caída 0-3 ante Chivas.
¿Qué sigue para Ambriz? Semana de ‘9 puntos’; visita a los Rayos del Necaxa y en 8 días recibe a Pumas en otro Clásico, uno de alto riesgo, después de las exhibiciones en casa que no dan muestra de ese americanismo infranqueable en su año del Centenario. ¡Fuera Ambriz, fuera Ambriz! La nación amarilla coreó a un responsable.