El comienzo de temporada de los Clippers de Los Ágeneles está caminando de la mejor manera. Con la victoria ante Jazz de Utah del domingo (88-75) sumaron dos encuentros consecutivos ganados en sus dos primeros juegos.
Ya son cinco años en los que en la franquicia quiere ser uno de los equipos más competitivos de la NBA, cuando el trío formado por Chris Paul, Blake Griffin y DeAndre Jordan se unió con el objetivo de catapultar a los Clippers a lo más alto. La llegada de Doc Rivers hace tres campañas fue la cereza a un pastel con mucho sabor y muy poco alimento.
Este año, cuerpo técnico y jugadores están concentrados en luchar contra el estigma que ha perseguido al histórico segundo equipo de Los Ángeles, que desde que sus jugadores son protagonistas de los mejores resúmenes de basquetbol, ha ganado en notoriedad y popularidad en la ciudad, pero que no ha sido capaz de superar la segunda ronda de playoffs. A todos los efectos eso es lo importante. Sin ir más lejos, el año pasado sus alas se cortaron en la fase inicial de la postemporada ante Trail Blazers de Portland.
Muchas cosas fueron en su contra en los años anteriores, desde la reciente pérdida de protagonismo de Griffin, su lesión, su sanción por agredir a un miembro del staff y la consecuente lesión; el caso de los comentarios racistas del anterior propietario, Donald Sterling y la llegada del nuevo, Steve Ballmer y sus peculiar manera de vivir los juegos, y la mala suerte que parece estar nublando a Los Ángeles cada vez que llega lo serio para los Clippers.
Este año tienen expectativas idénticas y más ganas todavía de tornar la situación.
“Para ser un equipo grande en la liga hace falta un balance entre el juego defensivo y el ofensivo y estar en el top 10 en ambos casos. Miren a los Warriors, siempre han sido el mejor o segundo mejor equipo defensivo en los últimos dos años y de lo que se habla es de su trabajo ofensivo. Con Cleveland pasa igual, también son excelentes defensivamente”, argumentó Doc Rivers.
Para el coach de los Clippers esa será la clave de los éxitos y por ahora llevan una férrea defensa en los dos encuentros que han disputado. Concretamente ante el Jazz, ese trabajo de contención fue el que mejoró las lagunas ofensivas que se vieron en momentos. Se mostraron muy fuertes en el contacto y físicamente doblegaron a un Jazz incapaz de hacer frente al muro de los angelinos.
“Tratamos de hacer un esfuerzo consciente de interpretar cada partido de la misma manera, sin tomarnos ninguna noche libre”, señaló Paul (9 puntos y 9 asistencias), quien se mostró muy incisivo en la presión y llegó a robar cuatro balones. El ahogo del conjunto acabó con 18 pérdidas de esférico por parte del Jazz que se tradujeron en 22 puntos en contra”, agregó el armador.
Información de: ESPN